25 de enero de 2014

Maratón de Murcia. La crónica

De todos los maratones que he preparado desde que David me lleva, el de Murcia es sin duda para el que peor he entrenado. Es con diferencia el que menos kilómetros he hecho las 12 semanas anteriores, el que más entrenamientos me he saltado, el que peores sensaciones he tenido en los rodajes largos, el que más fatiga mental he arrastrado y el que a priori menos motivado estaba. Sin embargo durante todas esas semanas tenía la sensación de que iba a hacerlo bien. Había factores que estaban a mi favor y tenía la esperanza y convicción de que exprimiéndolos podía sacar algo positivo de esa carrera.

Es cierto que durante la preparación he tenido altibajos a nivel mental. Entrenamientos que me dejaban ver que mi estado de forma era bueno, mezclado con entrenamientos fáciles en los que me arrastraba inexplicablemente. La confianza iba y venía, pero es verdad que en todo momento tenía en mente que a mis espaldas llevaba ya 9 enfrentamientos con esta distancia, y que es una prueba en la que me muevo muy bien. A pesar de los malos entrenamientos, esos factores positivos me llevaron a proponerme objetivos complicados...

Este era un maratón diferente a los nueve anteriores fundamentalmente por un motivo. En esta ocasión mi lucha y mi objetivo, por primera vez en esta distancia, me la planteaba más contra el resto de atletas que contra el crono. La ausencia de premios en metálico y corredores de élite unido al hecho de haberse convertido en un maratón, digamos, diseñado para el corredor popular, me hacía pensar que si hacía calor y yo tenía un buen día y sabía aprovechar mi experiencia en la distancia, podía hacer un puesto muy bueno. Así que mi objetivo e ilusión en este I Maratón de Murcia era intentar hacer top-ten e intentar quedar entre los cinco primeros en mi categoría Veterano A para subir al pódium, pues ese era el número de trofeos por categoría. Muy complicadas las dos cosas, sobre todo teniendo en cuenta que tanto Raúl Guevara como Mateo Pesquer, máximos favoritos a la victoria final (a la postre ganador y segundo de la carrera) son ambos Veteranos A y me iban a ganar seguro. Eso dejaba sólo tres puestos más para un pódium al que de salida optábamos casi 400 Veteranos A. Mi objetivo por tanto por primera vez no era mejorar mi marca o bajar de 2h50 como en los últimos que había corrido. Esta vez el objetivo era intentar meterme arriba en la clasificación. Y si algo más venía bienvenido sería.

Para ello contaría con la ayuda de mi amigo Fernando Villegas, que iba a hacer conmigo los primeros 23 kilómetros para ayudarme con el ritmo, los avituallamientos y todo lo que fuera surgiendo durante la carrera. Y llegó, por fin, el 3 de Noviembre de 2013.

Aún no son las 7 de la mañana. Llego a la salida con casi 2 horas de margen para aparcar fácil, dejar un macuto en el guardarropa y hablar con Fernando de la táctica en la carrera. Espero una media hora hasta que por fin abren el guardarropa, dejo la bolsa y me voy con Fernando a tomar un café. Nervios como de costumbre pero mucha concentración. Tal vez más que otras veces. Hace calor para ser la hora que es lo que me hace pensar en que vamos a estar por encima de los 20 grados al terminar. Media hora antes de la salida caliento en chándal unos 15 minutos, para después ponerme la camiseta de competición, la gorra, las gafas y entrar al cajón de salida para atletas federados. Unos 5 minutos antes de dar la salida pierdo de vista Fernando. Saludo a otros compañeros de equipo y atletas y a las nueve en punto se da la salida. A correr.

Salida amplia en la que se puede más o menos correr bien. Mucha gente sale en tromba y en los primeros metros me adelanta gente por ambos lados. Llevo muchos corredores por delante y sigo sin ver a Fernando. Acierto a ver unos 10 metros por delante a Diego Javier y Javi Hervás entre otros. Cuando llevamos unos 200 metros Fernando me alcanza por el lado izquierdo y se pone a mi altura. He salido tranquilo, sin volverme loco. Giramos a la izquierda y empezamos a subir la Avenida de Juan Carlos I. Poco a poco empezamos a progresar y vamos buscando el ritmo adecuado. Damos alcance a Diego Javier, Javi Fernández y Javi Hervás que van con un grupo que va intentar pasar la media maratón en 1h28 con algunos compañeros más. Pasamos el cartel del kilómetro 1 en 4’06” unos metros por delante de ellos. Poco a poco nos vamos alejando metidos en la gran serpiente multicolor. La subida de la Avenida de Juan Carlos I la he hecho muchas veces entrenando. Es pegajosa cuando llevas muchos kilómetros en las piernas pero de salida en un maratón, con la adrenalina, se sube muy fácil. Eso hace que nos tomemos con mucha calma estos primeros kilómetros. Es una carrera larga y va a ser una carrera de eliminación. Pasamos el kilómetro 2 y el kilómetro 3 a la altura de la Estrella de Levante. En ese punto me doy cuenta que llevamos muchos corredores por delante. Es difícil calcularlo porque no te cruzas con todos, pero mínimo 50 ó 60 atletas. Comenzamos a bajar y seguimos, aunque muy poco a poco progresando. Se nos une un atleta, Abraham Pardines, que tras decirle que nuestra intención era ir a 4 minutos por kilómetro todo el tiempo que aguantáramos, nos dice que se viene con nosotros. Aparte de él de los grupos que vamos poco a poco dando alcance se nos unen algunos atletas. En esa dinámica pasamos el kilómetro 4 y el kilómetro 5, donde echo un vistazo al reloj y veo que lo pasamos sobre 20’30”. Seguimos bajando y enseguida giramos a la derecha para rodear el Carrefour. La carrera sigue “fría” o al menos esa es mi sensación. El ritmo es bueno, estamos corriendo con cabeza y vamos progresando poco a poco, pero me está costando meterme en carrera. Enseguida lleva el kilómetro 6 y pasamos por la zona de salida que está llena de gente animando. Eso siempre ayuda. Vamos.

Kilómetro 6 pasando por la zona de salida


Fernando va marcando el ritmo y parece que ahora vamos un poco más rápido. Pasamos el kilómetro 7 marco el primer lap: 28’26”. Dejamos atrás la Plaza Circular y empezamos a subir la Gran Vía. A la altura del Corte Inglés hay mucho público y me da alegría ver al Capitán Tariku y a JR que nos animan. Nos hemos quedado un grupo de 5 del que siempre tira Fernando. Cambio impresiones de vez en cuando con él aunque va haciendo el trabajo a la perfección. Pasamos el kilómetro 8 y giramos a la izquierda para correr paralelos al río. Poco a poco me voy metiendo en carrera aunque sé que esto es muy largo y queda mucho por delante. Pasamos el kilómetro 9 a la altura del Reina Sofía y volvemos a girar a la izquierda hacia La Fama. El aire molesta y voy siempre detrás de Fernando. Además cuando intento ponerme a su altura no me deja. De vez en cuando vamos pasando algún corredor suelto lo cual siempre es positivo. En el paso por el kilómetro 10 vuelvo a marcar otro lap. 12’04” los últimos 3 kilómetros, 40’30” el total. A estas alturas nos hemos quedado sólo 4, Fernando, Abraham y yo con otro atleta. Esta zona es bastante fea y trato de relajar la mente y dedicarme a dejar pasar los kilómetros. Pasamos el kilómetro 11, el 12 y volvemos a la Avenida de la Fama. Nos cruzamos con muchos corredores que van por su kilómetro 10. En esta zona me empiezo a encontrar mejor y se lo digo a Fernando, que tensa un pelín el ritmo. Llegamos otra vez al río al poco de pasar el 13 y cruzamos el puente. David y Guillaume están allí y nos animan y nos dicen que esta zona es buena para correr rápido. En esa zona nos cruzamos con todos los que van delante menos con Raúl Guevara y Mateo Pesquer. Cuento unos 30 corredores por delante. Uf, meterse entre los 10 primeros va a estar complicado pero esta es una carrera muy larga. Pasamos el kilómetro 14, giro de 180º y nos empezamos a cruzar ahora con los que vienen por detrás. No muy lejos vemos al grupo de Javi y Diego Javier, con Dinky y Palazón entre otros. Entramos en la zona del Infante.

Kilómetro 12. Ya somos 4 en el grupo. Fernando siempre tirando


Kilómetro 15, kilómetro 16 y marco otro parcial. 24’08” los 6 últimos, 1:04’38” acumulado. De todas formas ahora estamos yendo rápido. Salimos a Ronda Sur. Esta zona también es fea. Nos hemos quedado sólo Abraham, Fernando y yo. De vez en cuando cogemos algún corredor pero muy poco a poco. Pasan los kilómetros 17 y 18 y volvemos a la Gran Vía para bajarla. El ritmo es bueno y estamos aprovechando bien esta zona. Al llegar al Corte Inglés hay mucho público que siempre se agradece. Pasamos el kilómetro 19 y callejeamos un poco hasta llegar a San Antón. Bajamos un poco y enseguida llega el 20. Marco otro lap, 15’47” los 4 últimos kilómetros para pasar el 20 en 1h20’25”. Ahora sí estamos corriendo rápido. Salimos enseguida a Ronda Norte para volver a pasar por la zona del Corte Inglés. Pasamos el 21 y enseguida el arco de la media maratón. 1h24’44”. Hoy estoy corriendo para hacer puesto y no tiempo, pero le digo a Fernando “si consigo doblar hago marca personal”.

Kilómetro 19. Bajando la Gran Vía. Fernando tira y Abraham y yo le seguimos


La situación no cambia, seguimos siendo 3 y es Fernando siempre el que marca el ritmo. Pasamos el kilómetro 22 para llegar de nuevo a la zona de salida. Damos la vuelta al Carrefour y tras dejar atrás el 23 y el 24 pasamos por meta por primera vez para volver a hacer los últimos 18 kilómetros. Fernando me dice que no se va a parar aquí, que va a seguir unos kilómetros más. A estas alturas todo va mucho más definido y los grupos son más pequeños y más espaciados. Nosotros seguimos a lo nuestro comiendo kilómetros. Pasa el 25, el 26, el 27… Se van notando los kilómetros pero mis sensaciones no son malas. He bebido y me he mojado en todos los avituallamientos desde el principio y soy consciente que ahora es cuando empieza esto de verdad. Pasamos el 28 y marco otro lap. 31’55” los últimos 8 kilómetros para un total de 1h52’20”. La zona de Atalayas por la que vamos es fea. Por delante vemos a lo lejos algún corredor suelto al que le vamos recortando y por detrás nadie. Abraham dice que empieza a ir un poco justo y va siempre detrás. Justo antes de pasar el kilómetro 29 un policía nos dice que vamos en el puesto 17, 18 y 19. Eso me anima. Aún así me mantengo frío y seguimos haciendo todo igual.

Kilómetro 24 pasando por meta por primera vez


Pasamos el 30 y encaramos la Avenida de La Fama por última vez dirección al río. Pasamos a otro corredor que va clavado a esa altura. Kilómetro 31 y enseguida cruzamos el puente. Justo al terminarlo nos cruzamos con Ángel Nicolás que va por delante. Le veo mala cara y se lo digo a Fernando. Miro el reloj. Hacemos esa recta y veo que llevo gente cerca a la que le estamos recortando poco a poco. Fernando me dice que se va a parar pronto. Giro de 180º y kilómetro 32. Marco el parcial. 16’04” para los 4 últimos 2h08’24” acumulado. Encaramos esa recta y Fernando hace el último esfuerzo. Nos cruzamos con el grupo de Javi que lleva muy buena pinta y enseguida entramos en el Infante. Giramos a la izquierda. Vamos rápido y Abraham se queda poco a poco. Pasamos el kilómetro 33 y el corredor que nos precede cada vez está más cerca. Vamos!. Un poco después Fernando se para.

Kilómetro 30. La ayuda de Fernando fundamental en los Avituallamientos


Quedan 9 kilómetros y es el momento de rematar el trabajo de los 33 anteriores. Acelero un poco y enseguida doy alcance y supero al corredor que llevaba delante. Abraham se ha quedado y le voy sacando distancia poco a poco. Salgo a Ronda Sur más solo que la una, pero veo otro corredor por delante. Me concentro e intento regular porque me encuentro bien pero aún quedan muchos metros hasta meta. En la zona del Infante me animan “Vamos Fondistas, tienes a Ángel delante”. Paso a otro corredor. Llego al kilómetro 35 y al girar a la derecha distingo un grupito en el que va Ángel Nicolás. Están lejos pero voy más rápido que ellos. Sí se puede, vamos Carlitos!. He perdido la cuenta del puesto en el que voy y además no siempre es fiable cuando te lo dicen, pero estoy luchando por meterme muy adelante. Llego otra vez al río y justo antes de cruzar el puente está Víctor del Triatlón Guerrita. Me anima y me dice que voy en el puesto 14. Eso me motiva. Además aunque los kilómetros pesan las sensaciones siguen siendo buenas. En el puente mi amigo Barty con su hija me dan el último grito de ánimo. Salgo del puente y paso el kilómetro 36. El grupo está más cerca y además veo que son 4 los que van. Joder, si de verdad voy el 14 ahí está el top-ten. Me aprovecho de que esta zona es ligeramente favorable y trato de aumentar el ritmo para darles alcance. En esa altura varios Guerritas en bici me animan y ofrecen agua, pero yo sólo pienso en coger al grupo. Llego a la Gran Vía y los cojo. Dudo entre descansar un poco o intentar escaparme. Opto por lo segundo y me abro por la derecha. Ángel me anima en el momento que lo paso. Tiro fuerte pero del grupo se vienen 2 atletas conmigo. Intento dejarlos bajando la Gran Vía pero no sólo no lo consigo si no que me fundo un poquito. Pasamos el 37 al llegar al Corte Inglés y marco otro lap. 19’59” los 5 últimos, 2h28’23” acumulado.

Kilómetro 37. Tratando de despegarme de mi nueva compañía


Giramos a la izquierda hacia el parque de la Pólvora y aparece David en bici. Tengo una pequeña crisis producto del calentón de la Gran Vía. Me dice que me meta en la sombra y busco el lado izquierdo de la calzada. Uno de los que venían conmigo cede unos metros. Estoy pasando un momento muy malo porque además esta zona pica para arriba. David no para de animarme. “Vamos Carlitos, ya sé que duele pero hay que rematar. Vamos a bajar de 2h50’”. Es zona de callejeo y estoy sufriendo mucho. Me queda un gel y le pido agua. Intento tomarme el gel pero no me entra. Lo tiro y me da agua. Estoy pasándolo mal. Llegamos a San Antón y hay una pequeña bajada. Intento soltar un poco y recuperar. Pierdo unos metros con el corredor que viene conmigo pero necesito coger algo de fuelle. Enseguida llega el 38. Doblamos a los 2 últimos de la carrera. He perdido unos 10 ó 15 metros con mi acompañante y a mi perseguidor lo llevo unos 10 ó 15 metros por detrás. Y quedan 4 kilómetros. David me dice que a tope y se da la vuelta. Intento estar concentrado en no perder muchos metros. Duelen las piernas, el pecho y hasta el alma pero es el momento de rematar la faena. Salimos a Ronda Norte y las distancias se mantienen. Pasamos por el Corte Inglés y giramos hacia la Plaza Circular. Al salir de la Plaza Circular encaramos la Avenida Primo de Rivera. Aquí pega mucho aire de cara y decido no pelearme con él y ser paciente hasta que giremos a la derecha. Pierdo algún metro más con el corredor que llevo delante y se mantienen las distancias con el de atrás. Por fin giramos a la derecha y se va el viento. Cada vez voy peor y ya no voy fluido, pero puedo oler la meta. Paso el 40 y marco otro lap. 12’26” los 3 últimos kilómetros para un total de 2h40’49. Este parcial me he ido mucho. Me cuesta hacer cálculos pero empiezo a ver complicado bajar de 2h50’. A pesar de ello lucho contra la fatiga y ahora sí estoy manteniendo la distancia incluso he recortado un poco. Giramos a la izquierda y llegamos a la zona de salida. Aquí hay público que anima con fuerza y eso siempre ayuda. Queda una vuelta al Carrefour y llego a meta. Vamos joder. En ese momento aparece de nuevo David en bici. Le digo que voy mal y muevo la cabeza con gesto de negación. Me anima y me dice que tengo cerca al de delante, que vaya a por él. Voy muy cascado y aunque sé que estoy cerca me cuesta mucho mantener el ritmo. Pasamos por el cartel del 41 y me parece ver en el crono 2h45’20”. Eso me da 4’40” para hacer 1200 metros si quiero bajar de 2h50’. Tal y como voy es imposible. David sigue animándome y eso me hace mantener el esfuerzo. Miro para atrás y me recrimina. Me dice que el de atrás ya no me coge. Sigue animándome con todo su alma: “Vamos Carlitos. Bajas de 2h50. Vamos, no mires para atrás. A por el de adelante. Cógelo de referencia. Vamos Carlitos. Carrerón. Top-ten y marca personal. Vamos Carlitos”. Último giro a la derecha y recta de meta. Es una recta muy larga de más de medio kilómetro y la meta está muy lejos. El de delante aprieta y yo intento hacer el último esfuerzo. David sigue animándome y yo negando con la cabeza, a pesar de lo cual me estoy vaciando. Miro el crono y veo 2h47’00”. También puedo ver la meta. Joder, son 3’ y la estoy viendo. Además es cuesta abajo. David anima y yo exprimo lo poco que queda. Miro para atrás y efectivamente ya no me va a coger nadie. La distancia con el de alante aumenta pero la meta cada vez está más cerca. David se para y me da el último ánimo, ahora sí, de la carrera. Esprinto como puedo, veo a Dinky que está en la zona de meta y me da un último ánimo, miro el crono de la meta y veo que sí que voy a bajar de 2h50. Me emociono, aprieto los dientes porque no quiero regalar ni un segundo. Casi en meta están JR y Tariku que me gritan, levanto los brazos con rabia y exclamo con rabia tres “vamos!”. Le choco la mano a JR y cruzo la meta en 2h49’35” mejorando mi marca personal en más de un minuto, y haciéndolo además en un día complicado por el calor y el aire.

Cruzando la línea de Meta


En la zona de Meta con mi medalla recién colgada. El rostro del esfuerzo


En meta no tengo muy claro el puesto y nadie me lo sabe decir, así que tendré que esperar a que saquen las clasificaciones. Estoy exhausto y me siento un minutillo mientras me quitan el chip. Como y bebo algo y tras coger el macuto me voy a la ducha. Al salir están las clasificaciones donde puedo ver que finalmente he sido 10º de la general y 5º Veterano A. Top-ten y pódium, con el regalo además de hacer marca personal. Estoy muy contento. Era muy complicado bajar de 2h50. Lo había intentado otras veces en maratones más propicios y en mejor estado de forma sin conseguirlo. Era muy complicado entrar en el top-ten y más complicado aún hacer pódium en mi categoría. Pero sabía que había una oportunidad y que tenía que intentarlo. Sin duda, de todos, el maratón que mejor he corrido.

En el pódium recogiendo mi trofeo como 5º Vetarano A


2 de agosto de 2013

Un año a piñón

Hace un año y unos días (concretamente el 22 de Julio de 2012) comenzaba con un rodaje de 30' una nueva "temporada" atlética. Venía en aquel momento de descansar una semana tras un año atlético marcado por ser el siguiente a la lesión de rodilla que había pasado, y marcado sobre todo por una falta de confianza en mi propia capacidad y nivel como atleta. En los meses anteriores, salvo tal vez en una o dos ocasiones, cada competición a la que iba me mostraba cómo estaba por debajo del nivel alcanzado antes de la lesión. La realidad a la que me enfrentaba cada carrera era que mi sitio estaba un poco más atrás que antes de lesionarme, y que aquellas cosas que antes salían ahora ya no. Ninguno de los objetivos que me marqué a título individual pude cumplirlos, y digamos que salvé la temporada haciendo un buen maratón en Londres con MMP (ojo, por cinco segundos) y haciendo 1h18'15" en la Media de Murcia, que si bien estaba lejos de mi MMP en la distancia (1h17'40") me pareció un gran registro dadas las circunstancias. Tras todo eso, un parón de verano, y como digo, vuelta al ruedo el 22 de Julio de 2012. Hoy, 2 de Agosto de 2013, un año y 11 días después, puedo decir que lo que vino después de ese 22 de Julio ha sido un año a piñón. Y sobre todo, un año de reencuentro con mi mejor versión como atleta. Año, que en esta entrada que seguro será de las aburridas, me dispongo a resumir.

El comienzo fue sin duda extraño. Aún no sé muy bien ni cómo ni por qué me embarqué en una hermosa aventura: Hacer el Duatlón de Cantimpalos el 18 de Agosto. Así que durante un par de semanas mezclé rudamente mis entrenos a pie con salidas en bici. En el duatlón me lo pasé bien pero mi rendimiento fue, la verdad, bastante malo. Con ese pequeño caos de entrenamiento en el primer mes, el 22 de Agosto, apenas 4 días después del duatlón hice la primera carrera a pie de la temporada en la Carrera Nocturna de Las Torres de Cotillas, donde vivía por aquel entonces. Corrí la carrera de veteranos donde fui 5º en la carrera, 3º en mi categoría y primer local remontando varios puestos en la última vuelta. Era un presagio para lo que podría ser una buena temporada.

Las semanas siguientes seguí entrenando concienzudamente sin tener un objetivo definido, pero con la idea de hacer la temporada de crosses con los veteranos y en Abril correr el Mapoma. Hice alguna carrera popular en Septiembre en las que me iba encontrando mejor que el año anterior, y sobre todo buenos entrenamientos iban sumando puntos a mi confianza.

Y llegó Octubre, y desde ahí hasta navidad, casi sin planearlo, me vi inmerso en una vorágine de competiciones en media maratón y carreras varias: El 7 de Octubre en Alicante en la media maratón más duda de todas las que he hecho, cita en la me encontré pletórico corriendo de menos a más y quedándome 4º de mi categoría a apenas 10' de subir al podium como tercer Veterano A, el 21 de Octubre en los 10 Km Ciudad de Murcia donde volví a encontrarme a muy buen nivel, el 28 de Octubre en el Medio Maratón de Jumilla donde sin encontrarme bien volví a ser 4º Veterano A, el 4 de Noviembre la Media de Pinoso donde sufrí como un perro en tal vez mi peor actuación de todo el año, pero donde contribuí al triunfo por equipos de mi club, el 18 de Noviembre en Las Torres de Cotillas donde corrí el primer cross de la liga en la carrera de veteranos con una actuación más bien discreta, el 25 de Noviembre en Lorca donde le hice de liebre muchos kilómetros a mi compañero Javi para terminar con un registro al final de 1h22, el 11 de Diciembre en la Media de Cieza donde conseguí bajar de 1h20 por tercera vez en mi vida (1h19'33") y además conseguí ser 8º de la general y 2º Veterano A, el 9 de Diciembre en Albacete, donde fui 4º de la general en la I Carrera de Unicef, a la que no iba a ir y finalmente fui porque la organizaba la novia de un amigo, el 16 de Diciembre la Popular de El Palmar donde volví a encontrarme muy bien, el 23 de Diciembre la I Carrera de Navidad de Murcia, cerrando el año el 31 de Diciembre en la San Silestre de Crevillente haciendo una gran marca, dado el perfil, de 36'25" y disfrutando de la que en mi opinión es la mejor San Silvestre de la zona con diferencia. Habían sido 11 carreras en las 13 últimas semanas del año y el Maratón de Madrid empezaba a estar cerca. Era hora de ir pensando en prepararlo y bajar un poco el pistón.

Pero no lo bajé, y en Enero volví a correr otras tres carreras. La primera el día 13, el Cross de Puerto Lumbreras, donde tuve un día malo. Es un cross además que no me gusta nada. Justo una semana después me fui con mi amigo Javi a hacerle de liebre otra vez, esta vez a la Media de Santa Pola. Al final abortamos la misión en el kilómetro 10, aunque yo seguí al ritmo que iba e hice un buen entreno terminando algo por debajo de 1h23'. Y por último el día 27, fecha en la que corrí con los senior el Campeonato Regional de Cross por equipos en Lorca. Creo que este ha sido el mejor cross que he corrido en mi vida, haciendo un minuto menos que el año anterior. A estas alturas mi confianza había subido y empezaba a pensar que tal vez en Orihuela el 10 de Febrero o en Murcia el 17 de Marzo podría intentar atacar esa marca de 1h17'40" que hice en media maratón tres años antes. Además estaban los entrenamientos tan buenos que estaba haciendo y la forma en la que salían. Me estaba reencontrando con mi mejor versión.

Y llego el 10 de Febrero y nos fuimos a Orihuela a hacer la media con el objetivo de intentar hacer marca. Por primera vez en mucho tiempo iba a una media con opciones reales de conseguirlo. Y sí que eran opciones reales... pues en una carrera casi perfecta rebajé en 42" mi anterior marca haciendo 1h16'58". No sé si alguna vez volveré a bajar de 1h17 en media maratón, pero puedo decir que una vez lo hice.

Con el subidón y la satisfacción de la MMP en Media Maratón, ya me centré en preparar el maratón. Quedaban 11 semanas que había que aprovechar al máximo, semanas de muchos buenos entrenamientos y muchos kilómetros. A partir de ahí sólo dos competiciones antes del maratón, la Media de Murcia donde me reafirmé con un registro de 1h17'27" y el Campeonato Regional de 10000 metros en pista. En este último volví a hacer MMP con 35'50". Creo sinceramente que de todas mis marcas en todas las distancias, comparativamente esta es la mejor.

Y por fin el 28 de Abril vino el maratón. Un año después de que otro maratón, en Londres, "salvara" mi temporada, este año ocurriría lo contrario. Si bien creo que hice una buena lectura de la carrera y gestioné bien un día muy complicado, lo cierto es que me quedé muy lejos de mi MMP y del objetivo que me planteé. 2h55'09" fue mi tiempo final.

Apenas descansé después del maratón (al tercer día estaba ya corriendo), incluso estuve justo siete días después en los 10.1K de Alcantarilla volviendo a ser 4º Veterano A una vez más. Sin embargo, con la ilusión por debutar en triatlón este verano, a partir de Mayo fui mezclando entrenamientos a pie con salidas en bici, además de dedicar algunos días a ir a la piscina para poco a poco ir aprendiendo a nadar bien. Mi idea era centrarme en entrenar y no competir. Pero... después del maratón volvieron a caer, con resultados diversos, otras dos medias maratones (Albacete y Almansa) y varias carreras populares. Parece que esta temporada todo se aliaba para competir continuamente y no había forma de no enfundarse la "roja fondistas" casi cada fin de semana. Pero bueno, todo tiene un final y el 27 de Julio llegaba el Triatlón de Blanca como cierre a esta larga temporada atlética. A pesar de no haber entrenando mucho y de estar iniciándome en ciclismo y natación, tuve una actuación que me dejó más que satisfecho. Fue una gran experiencia que espero repetir en años venideros. ¿Y aquí acabó el año? Pues no... porque al día siguiente me dio por pasarme por Santiago de La Ribera a correr mi primera milla urbana. Obviamente 24 horas después del triatlón estaba hecho polvo, pero no hubo mucho nivel y cerré la temporada con un 2º puesto en Veteranos, subiendo al pódium después de siete meses sin hacerlo.

Vamos, que han sido 52 semanas desde que empecé a entrenar en las que he terminado 29 carreras (es decir, más de la mitad de las semanas he competido), siendo además carreras que han ido de la milla al maratón, combinando asfalto, crosses y pista, además de un duatlón y un triatlón. No cabe duda, por tanto, que ha sido un año a piñón.

Pero a piñón o no, lo que está claro es que ha sido de todas mis temporadas atléticas, la mejor. No ya por los resultados obtenidos, si no porque me he vuelto a sentir bien compitiendo y he traído de vuelta la confianza perdida en los dos años anteriores. A partir del lunes 5 de Agosto empiezo con una nueva temporada y nuevos objetivos. Lo interesante es no tener certeza de lo que este camino nos va a deparar. Pero lo que es seguro es que disfrutaremos recorriéndolo. Y cómo no contándolo.

Salud!

24 de junio de 2013

El Galgo de Alguazas

No sé cómo llegó a mi cabeza el viernes pasado por la tarde esta reflexión, pero a lo largo de los días siguientes la reflexión ha ido tomando forma y sobretodo, peso. Idolatramos a los deportistas inadecuados, y eso es algo que cada vez tengo más claro. De todas formas no es la intención de este post hacer crítica o análisis sobre a quién debemos o no admirar. Escribo estas líneas para exponer públicamente mi admiración, respeto e idolatría a una de las mejores personas que he tenido la suerte de conocer: Pedro Serna López, “El Galgo de Alguazas”.

Hablamos de un tipo sencillo, amable, campechano y carismático. Hablamos de un corredor querido y admirado por sus compañeros de equipo, pero también por la inmensa mayoría de los corredores populares de la región. Habrá pocos que no le conozcan y ninguno que diga una mala palabra sobre él. Hablamos de alguien que aguanta con humor y entereza todas las bromas que le hacemos y todos los comentarios sobre lo que al resto de mortales nos parecen auténticas locuras y barbaridades. Hablamos de un hombre que es capaz de prepararse a muerte un maratón y dejarse la piel para correrlo de forma excelsa, siendo su principal motivación que varios de sus amigos cumplan un sueño y tengan un momento inolvidable. Hablamos de ese corredor que cuando te alcanza a falta de pocos metros para terminar una carrera nunca te adelanta. Hablamos de un compañero capaz de esperarse un minuto antes de entrar a meta para que otro compañero suba al pódium a recoger un trofeo. Sí, repito, hablamos de Pedro Serna.

Como atleta es una bestia parda de comer kilómetros. En Diciembre participó en Barcelona en las 24 horas en pista donde corrió 210 kilómetros en un día. El Ultrafondo de las 6 horas de Valencia ha contado con él varias veces, llevándose además la victoria en el año 2012. Maratones en cantidad y vueltas y vueltas a su circuito de 16 kilómetros. No creo que haya muchos atletas en Murcia que hagan al cabo del año más kilómetros que él corriendo. Mención especial merece su mes de Abril en el que ganó el Maratón en Pista de Ceutí el día 13, quedó 4º en La Ruta de las Fortalezas (51 Km) el día 20 y corrió en 2h48 el Maratón de Madrid el día 28. Todo esto porque le venía bien para preparar el Campeonato de España de 100 kilómetros que sería el 22 de Junio.

Y aquí llegamos a lo de este fin de semana. El sábado se disputaba en Santander la XXXIV Edición de los 100 Km Pedestres de Cantabria. Esta es la prueba más antigua del calendario nacional en lo que se refiere a la distancia reina del ultrafondo. En esta edición la prueba además era sede del V Campeonato de España de 100 Km de Veteranos. Todos los Fondistas de Alcantarilla (y me consta que mucha más gente) estábamos pendientes de lo que nuestro “Galgo de Alguazas” sería capaz de hacer allí. Todos teníamos la esperanza de que pudiera llevarse una medalla en el Campeonato. Sin noticias durante la mañana, a las tres vi una foto en Facebook en la que parecía –y digo bien, parecía- que Pedro entraba en meta como ¡ganador de la carrera! en 7h37’, pero la imagen no lo dejaba muy claro. Tras varios minutos intentando confirmar la información, por fin, vi el texto de una foto en la que ponía “el ganador Pedro Serna entrando a meta”. En ese momento un montón de sensaciones y sentimientos me invadieron. Mezcla de emoción, admiración, incredulidad, satisfacción… ese tipo de mezcolanza de sentimientos que te ponen un nudo en la garganta y la piel de gallina. Nuestro Pedro acababa de ganar los 100 kilómetros de Santander y el Campeonato de España con una autoridad aplastante. Rápidamente lo publicamos en el grupo de Fondistas y empezamos a divulgar la información por las redes sociales. Las dos horas siguientes fueron una locura y una lluvia de mensajes con muestras de admiración y alegría por parte de muchas y diferentes personas hacia la figura de Pedro Serna. No creo que una victoria individual de un corredor murciano haya sido tan globalmente celebrada y haya generado tanta alegría plural como esta victoria de “El Galgo de Alguazas”. Y es que todos sabemos que nadie se merece más que él hacer una machada de este calibre en una prueba como los 100 kilómetros. Por fin tiene su Medalla de Oro.

Y aquí enlazo de nuevo con las primeras palabras de este post. El viernes me acordé de Pedro. Pensé que estaría camino de Santander y me vino a la cabeza todas esas veces que, más o menos de broma, David y yo hemos dicho que es nuestro ídolo. Y me puse a pensar en los deportistas idolatrados por mí mismo y por el resto del mundo. Y entonces, tal vez por primera vez en mi vida, reflexioné sobre lo que significa una figura idolatrada y los méritos que hacen esas personas para ser ídolos. Los méritos reales de los Messi, Cristiano, Jordan, Gebre, Nadal o Alonso, entre otros, para ser ídolos de masas. Y llegué a la conclusión de que su único mérito es explotar una habilidad innata para un deporte, y eso me condujo a mi modesta reflexión: Idolatramos a los deportistas inadecuados. Y entonces vino la conversación que tuve minutos más tarde con Pedro, su actitud y predisposición a solventar el problema que nos surgió, los comentarios que puso en el chat del club el viernes por la noche, su descomunal actuación el sábado en la carrera, su modestia y comportamiento después de proclamarse Campeón de España y arrasar como arrasó en una prueba mítica del Ultrafondo Nacional, y por supuesto su contestación de “Gracias, pero este triunfo es de todos los Fondistas” abrumado, casi avergonzado, ante la lluvia de felicitaciones del resto de miembros del club. Todo eso me convenció del todo en lo acertada de esa reflexión que empecé el viernes por la tarde. Porque el triunfo, amigo Pedro, no es de todos los Fondistas. El triunfo es tuyo, como tuyo es el mérito de que otros muchos lo hayamos sentido, disfrutado y celebrado como nuestro. Así que hoy, tres días después de empezar a pesar en ello, quiero dejar claro que ni Messi, ni Cristiano, ni Jordan, ni Gebre, ni Nadal, ni Alonso, ni ostias en vinagre. Mi ídolo se llama Pedro Serna.