Pues ya está, se acabaron las vacaciones. Han sido dos semanas en las que el plato fuerte era el viaje a Dublín con mi amigo Barty. Eran seis días y cinco noches en esa ciudad a la que nunca hubiera ido de no haber dado Muse allí un concierto este verano. Una ciudad que no hubiera visitado de no haber coincidido ese concierto con la semana que mi empresa cierra cada año. Una ciudad que me ha cautivado y encantado para siempre. Han sido unos días estupendos en los que me he empapado de un lugar al que espero volver alguna vez más en la vida, donde me he reído como en pocos viajes en mi vida y donde he sentido la hospitalidad, amabilidad y amistad improvisada de cada una de las personas (y personajes) que me he encontrado. Tanto dublineses, como extranjeros viviendo en Dublín, como extranjeros de turismo en Dublín. Además para disfrutar de los viajes también es importante tener un buen compañero de viaje, y en este caso ha sido inmejorable. Gracias Barty por ser tan caradura como yo.
Así que nada, a continuación un resumen en un formato poco habitual de estos días.
EL CONCIERTO DE MUSE
Era el plato fuerte, el motivo del viaje, el por qué de que este verano fuera esa ciudad y no otra. Y fue como tenía que ser. Espectacular e irrepetible. Lo mejor que he visto nunca en directo. Un sonido brutal, una interpretación brutal y tres fenómenos virtuosos poniéndonos la piel de gallina y la adrenalina por las nubes a las casi treintamil personas que estábamos en Marlay Park. Además los pequeños momentos de lluvia en la noche dublinesa que se fundían con el espectacular despliegue de luz y sonido le dieron por momentos un toque místico a la actuación. Contundente en todo momento, sin apenas descanso entre canción y canción y tocando todos sus temas más cañeros. Normalmente los conciertos empiezan fuerte, a medio bajan la intensidad y al final vuelven con más fuerza para cerrar el evento. En este no hubo lugar para el descanso. Por citar algunos momentos, el solo de piano en Butterflies and Hurricans del cantante (y también guitarrista, que hace de todo el tío), el solo de guitarra de este mismo en Invincible haciendo un "tapping" al nivel de los mejores guitarristas heavies y el dueto que se pegaron los otros dos, el bajista y el batería entre un par de canciones. Los tengo que volver a ver.
THE CITY OF DUBLIN
Resumiendo, y para ir saliendo de dudas, calculo que me bebí más o menos entre 30 y 40 pintas de cerveza en los días que allí estuve. Salimos todos los días menos el miércoles que llegamos a Dublín más tarde de las doce del concierto y estábamos hechos polvo. Así que claro, con tanta cerveza va y cerveza viene pues apenas tuvimos tiempo de hacer turismo. Aún así conseguimos con un poco de esfuerzo cada día, visitar todos los puntos de interés marcados en la guía que nos llevamos. Eso sí, viajar a Belfast, a la costa, a los acantilados y todas esas cosas que suele hacer uno cuando va a Dublín ni nos lo planteamos.
LA CARRERA, LAS 10 MILLAS DE FRANK DUFFY
Pues parece que está claro. Un desastre. Era el sábado por la mañana a las diez un poco lejos del centro de Dublín, así que me tuve que levantar a las siete. Cuando antes he dicho que salimos todos los días menos el miércoles me refería a todos los días menos el miércoles. Vamos, que el viernes salí y me puse fino. Me acosté casi a las cuatro no en muy buen estado. Aún así me levanté como un campeón el sábado, me puse mi ropa de correr y me fui a la p... carrera. Llegué a meta arrastrándome en 1:18:04 ( 4:51 por kilómetro, que manda huevos !! ). Eso sí, me alegro del esfuerzo de levantarme porque viví un ambiente estupendo. Casi tres mil personas, casi la mitad mujeres (algo que en España no pasa) y un escenario espectacular en Phoenix Park en Castleknock. Al acabar me resultó curioso que en lugar de bebidas frías nos dieron en el Castleknock College té, café caliente, pastas y galletas. ¿Sabéis por qué? Porque hacía un frío de cojones. Yo corrí con manga larga de hecho. Debíamos estar a unos 10 grados con lluvia y viento. Además yo no iba protegido para la lluvia y me calé volviendo a coger el autobús para ir al hotel pues tenía que andar cerca de 1 Km sin protección. Eso sí, recomiendo a todos los amantes del running que si alguna vez tienen la oportunidad que vayan a correr esta carrera o cualquier otra en Dublín.
ANÉCDOTAS
Pues hubo muchas, pero voy a contar las que me han venido a la cabeza mientras escribía estas líneas.
Primera: Como me robaron la cámara de fotos hace tres meses mi madre me dejó la suya para llevármela a Dublín. Yo le dije que no, y ella insistió para que pudiera hacer fotos del concierto de Muse, así que me la dio después de la boda de mi hermana. Pues nada, cuando llegamos al concierto las pilas estaban gastadas, y cuando pusimos las dos que lleva mi madre de repuesto también estaban gastadas. La consecuencia es que no tengo fotos del concierto salvo algunas de muy mala calidad que hice con el móvil. Y todo porque soy (bueno y Barty también) un huevón y no se me ocurrió sacar la cámara para ver si funcionaba y estaba todo correcto hasta que Muse estaba a punto de empezar...
Segunda: En uno de los ratos que dedicamos a hacer turismo decidimos dar un paseo por el barrio de Los Liberties (o algo así). Es un barrio bastante irlandés que se sale un poco de lo que se ve en las zonas turísticas. Está bastante chulo, o al menos diferente de lo habitual allí. El caso es que andando sin rumbo aparecimos sin querer en la puerta de la fábrica de la Guinness, la cual ni siquiera habíamos mirado donde estaba... En ese momento nos dimos cuenta que a lo que habíamos ido a Dublín era a beber cerveza, así que decidimos volver al centro parando en cada bar que encontrásemos y hacer turismo otro día. A la fábrica no entramos, vale 15€ y no merece la pena.
Tercera: El día de la carrera me tuve que ir en vaqueros porque me dejé los pantalones del chandal en España. Era curioso ver a todos los allí presentes con sus mayas, sus pantalones de distintas marcas, sus chubasqueros adidas, y luego aparte al español de turno con sus pantalones vaqueros rotos, un cortavientos naranja de la Media Maratón de Albacete que no abrigaba una mierda, completamente despeinado y con cara de no haber dormido muchas horas... aún no sé cómo me dejaron correr.
Cuarta: El sábado por la noche quisimos entrar a un bar al que habíamos ido todos los días y que nos gustaba mucho. Cuando fuimos a entrar tuvimos una pequeña conversación con el guardia que reproduzco y traduzco lo más fielmente posible:
- Guardia: Hola chicos, no podéis entrar.
- Yo: ¿Por qué?
- Guardia: Porque hoy está el bar muy lleno y sólo pueden entrar clientes habituales.
- Yo: Ya pero es que hemos venido todos los días desde...
- Guardia: Te he dicho que hoy no, otro día sí pero hoy está muy lleno.
- Yo: Ya, pero...
- Barty (sin dejarme hablar): Da igual, hay muchos bares en Dublín.
- Guardia: Sí, hay más de 400 bares en Dublín podéis entrar a otro.
Lo que no sabía el gilipollas es que como habíamos estado otros días sabíamos que hay una puerta de atrás con un guardia muy majete, así que entramos por atrás. A las dos horas salimos (por supuesto, por la puerta principal) y Barty le dijo al guardia de antes:
- There are more than 400 pubs in Dublin, but I love this one because of the back gate. Traduzco: "Hay más de 400 bares en Dublín pero me encanta este porque hay puerta de atrás". El guardia puso cara de gilipollas, sobre todo cuando a mí me dio la risa e hizo lo que le correspondía, callarse y tragársela. Estuvo genial porque además el bar en cuestión está muy chulo, hay muy buen ambiente de gente de Dublín y ponen muy buena música.
ALGUNAS FOTOS (Compramos pilas el jueves)
Típica foto que se hace en los viajes en los que van dos... Este es el primer bar al que entramos serenos y del que salimos cocidos... En la puerta de la fábrica de la Guinness (Barty, tocando los huevos con la camiseta)Y eso es todo, o al menos parte de lo que ha dado de sí mi viaje a Irlanda. Espero que los que leído hasta aquí hayais disfrutado del relato.
Saludos cordiales.