No sé cómo llegó a mi cabeza el viernes pasado por la tarde esta reflexión, pero a lo largo de los días siguientes la reflexión ha ido tomando forma y sobretodo, peso. Idolatramos a los deportistas inadecuados, y eso es algo que cada vez tengo más claro. De todas formas no es la intención de este post hacer crítica o análisis sobre a quién debemos o no admirar. Escribo estas líneas para exponer públicamente mi admiración, respeto e idolatría a una de las mejores personas que he tenido la suerte de conocer: Pedro Serna López, “El Galgo de Alguazas”.
Hablamos de un tipo sencillo, amable, campechano y carismático. Hablamos de un corredor querido y admirado por sus compañeros de equipo, pero también por la inmensa mayoría de los corredores populares de la región. Habrá pocos que no le conozcan y ninguno que diga una mala palabra sobre él. Hablamos de alguien que aguanta con humor y entereza todas las bromas que le hacemos y todos los comentarios sobre lo que al resto de mortales nos parecen auténticas locuras y barbaridades. Hablamos de un hombre que es capaz de prepararse a muerte un maratón y dejarse la piel para correrlo de forma excelsa, siendo su principal motivación que varios de sus amigos cumplan un sueño y tengan un momento inolvidable. Hablamos de ese corredor que cuando te alcanza a falta de pocos metros para terminar una carrera nunca te adelanta. Hablamos de un compañero capaz de esperarse un minuto antes de entrar a meta para que otro compañero suba al pódium a recoger un trofeo. Sí, repito, hablamos de Pedro Serna.
Como atleta es una bestia parda de comer kilómetros. En Diciembre participó en Barcelona en las 24 horas en pista donde corrió 210 kilómetros en un día. El Ultrafondo de las 6 horas de Valencia ha contado con él varias veces, llevándose además la victoria en el año 2012. Maratones en cantidad y vueltas y vueltas a su circuito de 16 kilómetros. No creo que haya muchos atletas en Murcia que hagan al cabo del año más kilómetros que él corriendo. Mención especial merece su mes de Abril en el que ganó el Maratón en Pista de Ceutí el día 13, quedó 4º en La Ruta de las Fortalezas (51 Km) el día 20 y corrió en 2h48 el Maratón de Madrid el día 28. Todo esto porque le venía bien para preparar el Campeonato de España de 100 kilómetros que sería el 22 de Junio.
Y aquí llegamos a lo de este fin de semana. El sábado se disputaba en Santander la XXXIV Edición de los 100 Km Pedestres de Cantabria. Esta es la prueba más antigua del calendario nacional en lo que se refiere a la distancia reina del ultrafondo. En esta edición la prueba además era sede del V Campeonato de España de 100 Km de Veteranos. Todos los Fondistas de Alcantarilla (y me consta que mucha más gente) estábamos pendientes de lo que nuestro “Galgo de Alguazas” sería capaz de hacer allí. Todos teníamos la esperanza de que pudiera llevarse una medalla en el Campeonato. Sin noticias durante la mañana, a las tres vi una foto en Facebook en la que parecía –y digo bien, parecía- que Pedro entraba en meta como ¡ganador de la carrera! en 7h37’, pero la imagen no lo dejaba muy claro. Tras varios minutos intentando confirmar la información, por fin, vi el texto de una foto en la que ponía “el ganador Pedro Serna entrando a meta”. En ese momento un montón de sensaciones y sentimientos me invadieron. Mezcla de emoción, admiración, incredulidad, satisfacción… ese tipo de mezcolanza de sentimientos que te ponen un nudo en la garganta y la piel de gallina. Nuestro Pedro acababa de ganar los 100 kilómetros de Santander y el Campeonato de España con una autoridad aplastante. Rápidamente lo publicamos en el grupo de Fondistas y empezamos a divulgar la información por las redes sociales. Las dos horas siguientes fueron una locura y una lluvia de mensajes con muestras de admiración y alegría por parte de muchas y diferentes personas hacia la figura de Pedro Serna. No creo que una victoria individual de un corredor murciano haya sido tan globalmente celebrada y haya generado tanta alegría plural como esta victoria de “El Galgo de Alguazas”. Y es que todos sabemos que nadie se merece más que él hacer una machada de este calibre en una prueba como los 100 kilómetros. Por fin tiene su Medalla de Oro.
Y aquí enlazo de nuevo con las primeras palabras de este post. El viernes me acordé de Pedro. Pensé que estaría camino de Santander y me vino a la cabeza todas esas veces que, más o menos de broma, David y yo hemos dicho que es nuestro ídolo. Y me puse a pensar en los deportistas idolatrados por mí mismo y por el resto del mundo. Y entonces, tal vez por primera vez en mi vida, reflexioné sobre lo que significa una figura idolatrada y los méritos que hacen esas personas para ser ídolos. Los méritos reales de los Messi, Cristiano, Jordan, Gebre, Nadal o Alonso, entre otros, para ser ídolos de masas. Y llegué a la conclusión de que su único mérito es explotar una habilidad innata para un deporte, y eso me condujo a mi modesta reflexión: Idolatramos a los deportistas inadecuados. Y entonces vino la conversación que tuve minutos más tarde con Pedro, su actitud y predisposición a solventar el problema que nos surgió, los comentarios que puso en el chat del club el viernes por la noche, su descomunal actuación el sábado en la carrera, su modestia y comportamiento después de proclamarse Campeón de España y arrasar como arrasó en una prueba mítica del Ultrafondo Nacional, y por supuesto su contestación de “Gracias, pero este triunfo es de todos los Fondistas” abrumado, casi avergonzado, ante la lluvia de felicitaciones del resto de miembros del club. Todo eso me convenció del todo en lo acertada de esa reflexión que empecé el viernes por la tarde. Porque el triunfo, amigo Pedro, no es de todos los Fondistas. El triunfo es tuyo, como tuyo es el mérito de que otros muchos lo hayamos sentido, disfrutado y celebrado como nuestro. Así que hoy, tres días después de empezar a pesar en ello, quiero dejar claro que ni Messi, ni Cristiano, ni Jordan, ni Gebre, ni Nadal, ni Alonso, ni ostias en vinagre. Mi ídolo se llama Pedro Serna.
Hablamos de un tipo sencillo, amable, campechano y carismático. Hablamos de un corredor querido y admirado por sus compañeros de equipo, pero también por la inmensa mayoría de los corredores populares de la región. Habrá pocos que no le conozcan y ninguno que diga una mala palabra sobre él. Hablamos de alguien que aguanta con humor y entereza todas las bromas que le hacemos y todos los comentarios sobre lo que al resto de mortales nos parecen auténticas locuras y barbaridades. Hablamos de un hombre que es capaz de prepararse a muerte un maratón y dejarse la piel para correrlo de forma excelsa, siendo su principal motivación que varios de sus amigos cumplan un sueño y tengan un momento inolvidable. Hablamos de ese corredor que cuando te alcanza a falta de pocos metros para terminar una carrera nunca te adelanta. Hablamos de un compañero capaz de esperarse un minuto antes de entrar a meta para que otro compañero suba al pódium a recoger un trofeo. Sí, repito, hablamos de Pedro Serna.
Como atleta es una bestia parda de comer kilómetros. En Diciembre participó en Barcelona en las 24 horas en pista donde corrió 210 kilómetros en un día. El Ultrafondo de las 6 horas de Valencia ha contado con él varias veces, llevándose además la victoria en el año 2012. Maratones en cantidad y vueltas y vueltas a su circuito de 16 kilómetros. No creo que haya muchos atletas en Murcia que hagan al cabo del año más kilómetros que él corriendo. Mención especial merece su mes de Abril en el que ganó el Maratón en Pista de Ceutí el día 13, quedó 4º en La Ruta de las Fortalezas (51 Km) el día 20 y corrió en 2h48 el Maratón de Madrid el día 28. Todo esto porque le venía bien para preparar el Campeonato de España de 100 kilómetros que sería el 22 de Junio.
Y aquí llegamos a lo de este fin de semana. El sábado se disputaba en Santander la XXXIV Edición de los 100 Km Pedestres de Cantabria. Esta es la prueba más antigua del calendario nacional en lo que se refiere a la distancia reina del ultrafondo. En esta edición la prueba además era sede del V Campeonato de España de 100 Km de Veteranos. Todos los Fondistas de Alcantarilla (y me consta que mucha más gente) estábamos pendientes de lo que nuestro “Galgo de Alguazas” sería capaz de hacer allí. Todos teníamos la esperanza de que pudiera llevarse una medalla en el Campeonato. Sin noticias durante la mañana, a las tres vi una foto en Facebook en la que parecía –y digo bien, parecía- que Pedro entraba en meta como ¡ganador de la carrera! en 7h37’, pero la imagen no lo dejaba muy claro. Tras varios minutos intentando confirmar la información, por fin, vi el texto de una foto en la que ponía “el ganador Pedro Serna entrando a meta”. En ese momento un montón de sensaciones y sentimientos me invadieron. Mezcla de emoción, admiración, incredulidad, satisfacción… ese tipo de mezcolanza de sentimientos que te ponen un nudo en la garganta y la piel de gallina. Nuestro Pedro acababa de ganar los 100 kilómetros de Santander y el Campeonato de España con una autoridad aplastante. Rápidamente lo publicamos en el grupo de Fondistas y empezamos a divulgar la información por las redes sociales. Las dos horas siguientes fueron una locura y una lluvia de mensajes con muestras de admiración y alegría por parte de muchas y diferentes personas hacia la figura de Pedro Serna. No creo que una victoria individual de un corredor murciano haya sido tan globalmente celebrada y haya generado tanta alegría plural como esta victoria de “El Galgo de Alguazas”. Y es que todos sabemos que nadie se merece más que él hacer una machada de este calibre en una prueba como los 100 kilómetros. Por fin tiene su Medalla de Oro.
Y aquí enlazo de nuevo con las primeras palabras de este post. El viernes me acordé de Pedro. Pensé que estaría camino de Santander y me vino a la cabeza todas esas veces que, más o menos de broma, David y yo hemos dicho que es nuestro ídolo. Y me puse a pensar en los deportistas idolatrados por mí mismo y por el resto del mundo. Y entonces, tal vez por primera vez en mi vida, reflexioné sobre lo que significa una figura idolatrada y los méritos que hacen esas personas para ser ídolos. Los méritos reales de los Messi, Cristiano, Jordan, Gebre, Nadal o Alonso, entre otros, para ser ídolos de masas. Y llegué a la conclusión de que su único mérito es explotar una habilidad innata para un deporte, y eso me condujo a mi modesta reflexión: Idolatramos a los deportistas inadecuados. Y entonces vino la conversación que tuve minutos más tarde con Pedro, su actitud y predisposición a solventar el problema que nos surgió, los comentarios que puso en el chat del club el viernes por la noche, su descomunal actuación el sábado en la carrera, su modestia y comportamiento después de proclamarse Campeón de España y arrasar como arrasó en una prueba mítica del Ultrafondo Nacional, y por supuesto su contestación de “Gracias, pero este triunfo es de todos los Fondistas” abrumado, casi avergonzado, ante la lluvia de felicitaciones del resto de miembros del club. Todo eso me convenció del todo en lo acertada de esa reflexión que empecé el viernes por la tarde. Porque el triunfo, amigo Pedro, no es de todos los Fondistas. El triunfo es tuyo, como tuyo es el mérito de que otros muchos lo hayamos sentido, disfrutado y celebrado como nuestro. Así que hoy, tres días después de empezar a pesar en ello, quiero dejar claro que ni Messi, ni Cristiano, ni Jordan, ni Gebre, ni Nadal, ni Alonso, ni ostias en vinagre. Mi ídolo se llama Pedro Serna.