Aviso: Esta entrada es larga y puede resultar pesada, pero necesitaba escribirla.
Pete McArdle Cross Country Classic - La CrónicaDomingo 30 de Noviembre.
8:00h: Me despierta el sonido de la lluvia... mal empezamos el día.
8:05h: Me levanto y me asomo a la ventana y la calle tiene muchos charcos, vamos, que lleva toda la noche lloviendo. Llevo en NY desde el miércoles con días fríos, pero con sol y sin lluvia, y justo hoy que tengo que correr lleva toda la noche lloviendo y tiene pinta de que va a seguir así todo el día.
8:15h: Preparo mis tostadas y desayuno. También me preparo la mochila para la carrera y me pongo la ropa con la que voy a correr. Opto por mallas cortas y camiseta de manga larga. Llevo una de tirantes por si me vuelvo valiente.
9:15h: Salgo de casa y cojo el Metro en la calle 145 con Broadway dirección Uptown & The Bronx. Mi parada es la última en la calle 242 con Broadway. En el metro van entrando algunos corredores. Me parece increible que en una mañana tan fea tengamos el valor de levantarnos para una carrera...
10:00h: Sigue lloviendo cuando salgo del Metro. Con mi paraguas en mano voy caminando unos 100 metros hacia la meta, situada en "The Flats" en Van Cortland Park. Digamos que esa zona se llama así porque es la única zona llana de todo el parque. Tratando de embarrarme lo menos posible y con las manos heladas por los cero grados de temperatura relleno el formulario de inscripción y pago los 7 dólares.
10:15h: Tratando de resguardarme del frío y la lluvia me voy a una Grocery (típica tienda de alimentos varios pero a la americana) y allí compro un Gatorade y me quedo charlando mientras me lo bebo con otros locos y locas que van a correr la carrera.
10:50h: Voy a los baños públicos más cercanos, me quito el chándal y decido además de la camiseta de manga larga correr con mi cortavientos rojo, porque hace mucho frío. Guardo todo lo demás en la mochila.
11:05h: Voy trotando a la zona de salida donde dejo bajo mi paraguas abierto la mochila en la zona de mochilas (que está al aire libre...)
11:10h: Empiezo a calentar un poquito, aunque rápido me doy cuenta de que hace demasiado frío, sensación además que agrava el aire cortante y la lluvia. Rápidamente me doy cuenta de que unas mallas largas hubiera sido mejor opción que las cortas.
11:25h: Voy a la zona de salida trotando. Al momento estamos allí los casi 300 corredores esperando para tomar la salida. Viene un miembro de los New York Road Runners, asociación que organiza esta carrera (y el Maratón de Nueva York, entre otras muchas), y nos explica que tenemos que salir, dar una vuelta pequeña para pasar por meta, y a partir de ahí tres vueltas al circuito ¡¡de la colina!!... ¡¡no me jodas!!! me he vuelto a meter en un lío de cojones. Esto es una encerrona. Automáticamente decido que la primera vuelta la tengo que hacer de tanteo para estudiar la subida y posterior bajada a la colina. Además el terreno completamente encharcado y embarrado no va a facilitar las cosas precisamente.
11:35h: Con algo de retraso se da el pistoletazo... Salgo en segunda fila bien colocado y un poco lanzado, aunque rápidamente me doy cuenta de que no me tengo que dejar llevar por el impulso de la salida. Todo el camino está lleno de charcos, es estrecho y somos muchos, así que hay que ir pisándolos. Pasamos por meta por primera vez para empezar la primera vuelta grande. Mi tiempo: 4'01". Echo un vistazo en esa explanada y veo que debo de ir más o menos en el puesto 40, pero me siguen adelantando algunos corredores.
Tras la línea de meta hay una recta de unos 250 metros que acaba en una curva a la izquierda con la que se entra en una zona de hierba. En ese punto me adelanta una muchacha que había visto calentar en la zona de salida. Tras aproximadamente 500 metros de hierba en los que se me llenan las zapatillas de barro, cruzamos un estrecho camino asfaltado y volvemos a la tierra para empezar el ascenso a la colina. A pesar de optar por una táctica prudente me sirvo de la imprudencia ajena para adelantar a un buen puñado de esos que habían salido tan rápido. Me llama la atención que la muchacha que me había pasado en la hierba va unos 20 metros por delante de mí y mantiene un ritmo bastante similar al mío, ritmo con el cual al igual que yo va adelantando posiciones. En la zona de bajada hacia meta adelanta ella primero y yo después a la que era hasta ese momento primera mujer además de algún que otro grupo de esos que salieron lanzados. Paso por meta en 23'45" (19'44" la vuelta). La segunda vuelta es un calco de la primera, sólo que a partir de la mitad empezamos también a pasar doblados. Sigo a mi ritmo con prudencia y cabeza pues ya he visto que la carrera es muyyyyy dura, pero con un ritmo constante que me permite seguir pasando corredores. Aún así algunas cuestas tienen mucha pendiente y prácticamente hay que andar. Cuando coronamos la colina estoy ya a punto de dar alcance también a la muchacha (valga este nombre en el resto de la crónica para ella). La bajada es peligrosa porque tiene mucha pendiente y es complicado mantener el equilibrio. En una de las curvas arriesgo mucho y de estar dos metros detrás al entrar en la curva salgo de la misma tres metros por delante de ella. Depués me lanzo en la bajada y me escapo unos 10 metros. Por cierto, yo no vi ninguna pero estoy seguro que hubo más de una caída. Durante la bajada a meta le cojo algunos metros más. Sin embargo en los 500 metros de llano hasta la meta me da alcance, y me adelanta justo al entrar por tercera y última vez en la zona de hierba. El tiempo de paso es de 43'31" (19'45" la vuelta, casi un calco de la anterior). En esta vuelta ya hay muchísimo barro en esa zona y me voy resbalando. Mientras la muchacha, que parece haber además cambiado un poco el ritmo se me va unos metros. Por detrás vigilo al siguiente clasificado, al que he pasado hace un par de kilómetros y veo que no me recorta distancia, pero que va cerca. Salimos de la zona de la hierba y empezamos otra vez a subir. Ahora ya hay muchos doblados. La muchacha me saca unos 20 metros y tengo fe en recortárselos durante la subida, pero a pesar de que aumento ligeramente el ritmo mantiene la distancia. Al coronar la colina y empezar la zona de bajada intento arriesgar para darle caza, pero en esta vuelta está yendo más rápido que en las otras. De hecho tengo la impresión de que no sólo no recorto si no que pierdo ventaja. Miro atrás (mala señal) y no veo donde viene el siguiente clasificado, por lo que mentalmente me relajo un poco. Acabo la bajada y llego a los últimos 500 metros, llanos, en los que me doy cuenta que no le voy a dar alcance a mi contrincante improvisada de hoy. Me aseguro de que por detrás no me van a coger y a pesar de que no dejo de llevar un ritmo vivo, relajo un poco y decido llegar al final sin sprintar. Paso por meta finalmente en un tiempo de 1h03'19" (19'48" la vuelta), con 32" de desventaja sobre la muchacha, de nombre Betsy Burke y primera mujer en meta. Mi puesto ha sido el 20º de 273 llegados, 9º de 60 en mi categoría (hombres de 30 a 39 años). Al acabar saludo a Emily que acaba de llegar justo antes del final de la prueba y me saca dos fotos, una de frente y otra de las piernas por detrás en las que se puede ver el barrizal en que corrí. Además me ha sacado otra foto más a falta de 30 metros de la meta. De ahí a ponerme ropa seca a los baños y a darme una ducha para poder irme a ver el hockey (que no pude ver) esa tarde. Ahí os pongo las fotos:
El viaje de vueltaSi el de ida tuvo sus cosas, el de vuelta ha sido una odisea y posiblemente el peor de todos los que recuerdo hasta hoy. No el vuelo, que resultó puntual, sin incidencias y en el que además conseguí dormir todo el rato menos cuando nos trajeron comida. Esta aventura empezó en Madrid, concretamente en Barajas...
Cuando me dispuse a recoger las maletas me percaté de que una de ellas, concretamente una maleta Roncatto (que suena a marca buena) que me prestó mi amigo Paco Dimas, tenía rotos los tres mecanismos de cierre. Si hubiera sido mía igual hubiera pasado, pero no quería llevarle a Paco una maleta rota, así que fui a poner una reclamación. Tuve que esperar unos 20 minutos para hacer la reclamación porque delante de mí estaba el Señor Alexandro Lequio (o como se escriba), que venía en mi vuelo en clase Bussiness al cual le habían perdido una maleta. Tuve una agradable conversación con la mujer que viajaba con él que parecía ser su mujer, novia o similar por como hablaban y se tocaban entre ellos. Como no veo el tipo de programas en los que aparece este hombre pues no reconocí a esa hermosa morena que estaba con él. Bueno, el tema es que cuando me atendieron lo que hicieron fue rellenar una hoja de reclamación y darme la tarjeta de una tienda de maletas en el centro de Madrid en la cual me arreglarían los daños o me darían una nueva maleta. Me fui a Boadilla y tras comer con Iñaki me fui a la tienda en cuestión en Metro con mi maleta vacía. Antes vacíe el contenido de la misma en el maletero de mi coche como buenamente pude. Afortunadamente era el calzado y la ropa sucia, que iba todo en bolsas de plástico. Lo "limpio" iba en la otra maleta. Cuando llegué dejé la maleta y en una tienda Orange conseguí que me dieran el Código PUK para poder encender mi móvil. Tomé un café y recogí la maleta. Metro de vuelta a Colonia Jardín donde había aparcado el coche y a las seis y media a la M-40 para volver a Murcia. Calculé que tras los imprevistos estaría allí sobre las 10 de la noche. Pero claro, la M-40 a esas horas es un gran atasco, y hasta las ocho más o menos no pasé Arganda y pude empezar a hacer kilómetros de forma fluida. Calculé que tras el atasco estaría en Murcia sobre las 11 de la noche.
Pero aún quedaba la última jugarreta de este viaje. Cuando llevaba casi 150 kilómetros de trayecto desde Madrid, se enciendió la luz de aceite del coche y pegó un trallazo el motor. Pensé que lo mejor era parar y llamar a Asistencia en Viaje, pero como aún andaba y estaba en una cuesta de las de tres carriles pensé que era más seguro esperar a la siguiente salida para detenerme. Un par de kilómetros después había una por la que me salí, y tras unos 200 metros el motor se paró del todo... con la inercia me escoré hacia la derecha para quedarme en el arcén sin poder llegar a la estación de servicio. Pusé las luces de emergencia y cogí el móvil (menos mal que lo conseguí desbloquear). Al abrirlo para llamar a Asistencia en Viaje me avisó de que estaba a punto de acabarse la batería... Conseguí hacer la llamada a Asistencia en Viaje y me dijo que la grúa llegaría en 30 minutos, así que me puse el chaleco, puse el triángulo y volví al coche porque hacía mucho frío. Vino la grúa, montó el coche y nos llevó a mi coche y a mí a Albacete, al taller oficial de la Toyota. Llegamos a las 11 y media de la noche. Allí estaba mi cuñado Alfredo, al que antes de que la batería del móvil dijera "basta" conseguí localizar para que me fuera a buscar allí. Dejamos el coche en la puerta del taller y nos fuimos a su casa (bueno, y de mi hermana). Tengo que decir que en ese momento la situación me desbordó. No recuerdo la última vez que una situación me superaba de esa manera. Además el hecho de mantener la calma y la cabeza fría durante todos los sucesos hizo que al irme con Alfredo y estar ya todo "resuelto" me viniera totalmente abajo y me empezara a estresar mucho y a poner muy nervioso. Por suerte me convenció para que me fuera a la cama, pues eran las dos de la mañana y llevaba dos días casi sin dormir. Eso fue ayer. Esta mañana me he levantado a las ocho, he ido al taller a darles las llaves de mi coche y a contarles lo que me había pasado. Despues me he venido a Murcia con el coche de mi hermana y he llegado a trabajar 4 horas tarde (por supuesto he avisado). No han podido ver mi coche así que no sé cuál es el veredicto, pero todo indica que el motor se ha gripado tras quedarse sin aceite (le miramos el nivel al aparcarlo en el taller por la noche y no llevaba ni una gota). Es una putada y llevo todo el día de muy mal humor, aunque pienso que podía haber sido peor, que al menos estoy sano y salvo y sobre todo, que tras este viaje y el día de hoy de tanto cansancia acumulado, a las ocho me he ido a las pistas y he podido correr casi una hora. Después he visto las cosas de otra manera y estoy un poco más resignado y animado.
Tengo que decir que he disfrutado muchísimo de mis vacaciones, tenía muchas ganas de volver a Nueva York y hacer todas las cosas que no había tenido tiempo en otras visitas, y que volvía en el avión a Madrid superbien y superrelajado. Lo malo es que ayer se me cruzó el día y además se me cruzó de verdad. Eso hace que hoy tenga una mala sensación, pero estoy seguro que en pocos días los malos pensamientos se irán para convertirse en anécdotas que recordaré y contaré entre risas dejando paso a los recuerdos y sensaciones que me ha aportado este maravilloso viaje. En las próximas 10 entradas, traten de lo que traten, pondré al final de cada una un anexo que será una foto de este viaje con su correspondiente explicación del lugar, momento o sensación que me incitó a hacerla. Espero que según vayan llegando las disfrutéis.
Como ya he dicho al empezar a escribir, esta entrada es un ladrillo pero necesitaba escribirla. Al que haya llegado aquí enhorabuena.
PD: He puesto una nueva canción con un día de retraso, pero es que ayer jueves tuve un día complicado...