9:25 de la mañana. Faltan 20 minutos para que se de la salida. Junto con Mike y Adam (dos antiguos compañeros de los Exmouth Harriers) entro al cajón de salida que nos corresponde. Hace buena temperatura, tal vez demasiado calor, pienso. De hecho me quito y lanzo al lateral la camiseta de algodón que llevo puesta. Era la última prenda que me quedaba aparte de las que he escogido para esta gran cita. Gorra blanca, gafas de sol, braga para el cuello, guantes negros, camiseta y pantalón de competición de Fondistas de Alcantarilla, calcetines RUN 800 y mis Saucony Fastwitch 4 amarillas. "I am very exited" es la frase que repito una y otra vez a Adam y Mike. Pasan esos interminables minutos entre anécdotas, nervios y ánimos hasta que vemos como el reloj que hay debajo del arco de salida pasar de las 9:44:59 a las 9:45:00, momento en el que nos dan la salida y empezamos a movernos.
Salida algo atascada con incluso un pequeño parón por estrechamiento a los 800 ó 900 metros. Hemos salido juntos Mike, Adam y yo con la idea de ir a un ritmo de más o menos 6'25" por milla (eso es un ritmo de 3'59"/Km). Aún así somos (yo lo soy al menos) conscientes de que la primera milla, y seguramente también la segunda saldrán más lentas. Adam va un par de metros por delante y continuamente mira para atrás buscándonos. Pasamos la primera milla en 6'40". "Six fouty" le canto a Mike, que se pone un poco nervioso con ese paso y se va a la altura de Adam. Yo poco a poco voy progresando y al pasar por la milla 2 les doy alcance. Esa segunda milla la hacemos en 6'33". Llevamos perdidos unos segundos pero nada que se saliese de lo razonable. Faltan 39 kilómetros, hay tiempo más que de sobra para recuperar. A pesar de eso Mike y Adam aceleran y poco a poco se van alejando por delante. Yo decido no ir con ellos y sigo a mi aire disfrutando del barrio de Greenwich y buscando mi sitio y mi ritmo en este maratón. Aún no tengo claro cómo me encuentro hoy de sensaciones, así que prefiero tomarme las cosas con calma. La milla 3 me sale en 6'22" impulsado en parte por una fuerte cuesta abajo. Al poco paso por el cartel del kilómetro 5 (carteles de kilómetros hay cada 5) y echo un vistazo al reloj: 20'15". Voy tal y como estaba planeado.
Hace un día de mucho sol y empiezo a tener algo de calor. Decido quitarme la braga del cuello y ponérmela en la muñeca. Es un regalo de Bali y no pienso tirarla. Paso la milla 4. 6'21". Me sobran también los guantes. Me los quito pero tampoco los tiro. Los sujeto con la goma del pantalón en la parte de atrás del mismo. Llevamos casi 8 kilómetros y no ha habido ni un metro de carrera en el que no hubieran mínimo dos filas de gente animando
a esos locos que corren. El bullicio es enorme y la gente te lleva en volandas. Milla 5 en 6'16". El hacerla tan rápido me lleva a la siguiente reflexión: tal vez los arcos (porque hay un gran arco con un reloj cada vez que pasamos una milla) no están exactamente en el punto donde está la milla si no en el sitio más cercano en el que es posible ponerlo. Una marca azul unos 15 metros después de pasar por debajo del arco refuerza mi reflexión y me hace pensar que esa milla en realidad no ha sido tan rápida. A pesar de que el Sol sigue dando con fuerza la sensación térmica se vuelve más fría poco a poco. No sé si es por el aire, porque cada vez vamos más estirados y, por tanto, menos resguardados o porque simplemente hace más frío, pero me vuelvo a poner la braga en el cuello y los guantes en las manos. Paso por la milla 6 pero no pico el crono. Al poco paso por el kilómetro 10 y miro el reloj: 40'11". Si no me falla la memoria he hecho un pelín menos de 20 minutos los 5 últimos kilómetros. Sigo yendo como un reloj al ritmo previsto. Vamos!
Un maratón es largo. Lo sé y trato de dejarme llevar por el público y disfrutar de este espectacular circuito para que vayan pasando los kilómetros. Justo después del 10 llegamos a la zona del Cutty Shark, una de las más bonitas de todo el recorrido. Esa zona me pone los pelos de punta. Aquí la animación es sencillamente brutal. Además hay un momento en el que oigo "Vamos Carlos!!!" dos veces. No veo quién es pero distingo la voz de Tariku y de Alfredo. Eso me anima. Poco después llega la milla 7 y marco el lap. 13'02" para las millas 6 y 7. Empiezo a mosquearme un poco con los parciales y decido dejar de marcar todas las millas en el reloj. Sigo dejando la mente en blanco para que pasen los kilómetros sin fatigarme mentalmente. Tengo claro que antes o después habrá que tirar de coco y más vale que llegue fresco a ese momento. Pasa la milla 8, la 9 y poco después el cartel del kilómetro 15. Vistazo al crono que dice que llevo 1:00'09". Voy como un reloj a ritmo de 4 minutos por kilómetro, pero empiezo a darme cuenta de que los kilómetros no salen con la fluidez que deberían. Pero bueno, queda mucho y hay que seguir. El verdadero maratón empieza a partir del kilómetro 25.
Si bien es cierto que aún queda muchísima carrera, también es cierto que llevamos ya más de una hora corriendo y empiezo a notar un pelín cargados los gemelos. Mal asunto. Llega la milla 10 y al poco veo a Mike ligeramente por delante. Le doy alcance, me aguanta unos 200 metros pero decide no seguir mi ritmo que a estas alturas es más rápido que el suyo. Paso la milla 11 y la 12. La animación y el público sigue siendo espectacular. Prácticamente todo el recorrido está vallado porque si no se te echarían encima literalmente. Me hace gracia un cartel de una chica morena en el que leo "RUN STRANGER RUN". Tras la milla 12 giro a la derecha para llegar al que es quizá el punto más hermoso que tiene este maratón: The Tower Bridge. Cruzar ese puente por la calzada principal con filas y filas de público a los lados dando aliento y animando no tiene precio. He visto ese puente varias veces e incluso lo he cruzado andando por un lateral en más de una ocasión, pero no tiene nada que ver con hacerlo de esta forma. Justo en el puente se encuentra el kilómetro 20 que paso en un tiempo de 1:20'19". Se me han ido unos segundos sobre el ritmo de 4' en los últimos 5 kilómetros, y además noto que no voy tan alegre y fluido como esperaba. He corrido otros siete maratones antes que este y sé que hoy va a tocar sufrir y sacar el mono de faena. También sé que la cosa se va a poner complicada antes de lo esperado. Soy consciente, eso sí, de que no tengo que tratar de recuperar esos segundos de golpe, y sobre todo, de que estoy en buena forma y que si mantengo la calma y sé negociar bien los momentos malos sigo teniendo muchas posibilidades de hacer hoy una buena marca.
Justo al terminar el puente giramos a la derecha y entramos en una zona en la que la carrera viene también en sentido contrario. Los que vienen de frente están en el kilómetro 36. Sólo me cruzo con un par o tres de mujeres de élite que han salido a las 9:00 y que en ese momento llevan unas 2h10' de carrera. Al poco paso por la milla 13. Tampoco marco el lap en el reloj, llevo sin hacerlo desde la séptima milla. Justo después llega la media maratón en un tiempo de 1:24'41". El paso de la media es más lento de lo que tenía previsto al empezar (1:24'00"-1:24'30"), y además es así porque no salen los kilómetros tan fácil como deberían. De hecho me acuerdo del Maratón de Castellón en el que pasé la media en 1:23'10" con mejores sensaciones. Trato de apartar de mi mente los pensamientos negativos pero me cuesta. Le dedico sin embargo un pensamiento al Maratón de San Sebastián de 2009. Me acuerdo de lo mal que fui ese maratón desde el kilómetro 15 y del
simplemente corre que me fui repitiendo aquel día. Hoy toca más de lo mismo, así que
simplemente corre Carlitos. Con ese pensamiento llego a la primera estación de geles. No me gusta tomarlos y cuando los he probado entrenando no me han ido bien, pero hoy empiezan a fallarme las fuerzas, así que decido coger uno por si acaso. Lo miro, veo que son carbo-hidratos de asimilación rápida, sigo corriendo, vuelvo a mirarlo, pienso en guardarlo en el pantalón, lo vuelvo a mirar... ¡¡qué cojones, de perdidos al río!! Me tomo el gel. Mientras decidía, paso por la milla 14 y se me olvida darle al lap en el reloj. Había calculado y recordado que a 4 minutos por kilómetro 7 millas son 45'02" y por eso quería marcar ese lap pues llevo desde la milla 7 sin hacerlo. Hago una cuenta fácil (45'02" + 6'26") y calculo que a ritmo de 4 el kilómetro 8 millas son 51'28". Picaré en la milla 15. El gel me ha entrado más o menos bien, pero sobre todo, y esto es lo más importante, parece que no ha caído mal en el estómago. Paso por la milla 15. Pico el crono: 51'31" para las últimas 8 millas. Casi clavado a 4. Eso me anima un poco, pues a pesar de no encontrarme del todo bien sigo yendo a un ritmo muy bueno y hemos pasado ya más de la mitad de la carrera. Y llega el kilómetro 25, nuevo vistazo al reloj que me muestra 1:40'24". A estas alturas he perdido sobre el ritmo de 4 por kilómetro exactamente 24 segundos. Para bajar de 2h50 puedo perder como mucho 1'10". Para volverme a España con MMP puedo perder como mucho 2'05". Voy muy ajustado, joder.
Tengo la sensación de que estoy bajando un poco el ritmo, por lo que decido volver a controlar todas las millas. La 16 se me va a 6'38", ufff (6'26" es el ritmo de 4' el kilómetro). Parece no obstante que lo del gel ha sido buena idea pues me encuentro un poco mejor de fuerzas. Tal vez es mental o tal vez no, pero mis sensaciones mejoran ligeramente en este tramo. De hecho la milla 17 la hago en 6'33" y la milla 18 en 6'27". Vamos. Estamos en la zona de Canary Wharf. Esta zona es una zona con edificios modernos que contrasta con las casas bajas que nos han rodeado casi todo el recorrido. Sigo disfrutando mucho del público y de la sensación de correr por el centro de una gran ciudad. Hay mucha gente y busco su complicidad. En una curva de derechas miro a la izquierda y agitando los brazos les pido que animen más fuerte. Responden a mi llamada de forma sonora y contundente. Eso me alienta y me anima. Es acojonante correr tantos kilómetros con tanto público volcado con nosotros. Llega el kilómetro 30 y vuelvo a mirar el crono. 2:00'38". Se me han ido otros 14". El sueño se esfuma poco a poco pero estoy vendiendo cara mi derrota.
Según el sistema que tengas en cuenta el momento en el que el MURO aparece es diferente. En kilómetros, se dice que el muro llega en el 30. En millas, se dice que en la 20. Acabo de pasar el kilómetro 30 y estoy llegando a la milla 19 así que empiezo a estar en zona peligrosa. Sé que no voy cómodo y que las fuerzas me están empezando a fallar, pero también sé que no voy pinchado, que de momento el muro no ha llegado y además confío en que hoy igual lo salvo. Empiezo a pensar que lo más importante a partir de ahora es buscar un ritmo que pueda mantener hasta meta. No quiero desfallecer como en los maratones de Berlín, París o Castellón. No quiero pasar ese calvario. Dejo atrás la milla 19. Me da mucha moral el hecho de que son muchos más los corredores a los que adelanto que los que me adelantan a mí. Además cada vez estoy más cerca de meta. En mi contra que a partir de la milla 20 el aire nos va a soplar de cara. Me he estudiado el circuito y lo tengo claro, pero esto es un maratón y no pienso tirar la toalla. Poco a poco nos salimos de la zona de Canary Wharf y la carretera nos enfila dirección meta. Paso por la milla 20 con un parcial de 12'59" para las dos últimas millas. Ser capaz de ir ese ritmo me da mucho moral, la verdad, y además de momento no me he topado con el muro. Pero las fuerzas van ya muy escasas y el trabajo mental empieza a ser fundamental. La milla 21 la hago en 6'35". Sigo perdiendo segundos con respecto al ritmo de 4. De hecho empiezo a asumir que no bajo de 2h50 y que veremos a ver si consigo hacer MMP hoy. La cosa va a estar muy ajustada. Justo después aparece la segunda y última estación de geles. Esta vez no dudo. Cojo el gel y me lo tomo. Punto pelota. Concentro mis esfuerzos en no hacer cambios de ritmo y dirección bruscos y tratar de correr de la forma más fluida y natural posible. Sin esperar que estuviera ahí veo el cartel del kilómetro 35. Pensar que estoy en ese punto me da mucha moral. Paso con un tiempo de 2:20'59". Se me escapa el sub-2h50 pero sigue viva la opción de hacer MMP esta mañana.
No puedo más. Ahora sí que voy al límite. Aparece ese horrible deseo oscuro de dejar de correr. Ese pensamiento negativo de preguntarse por qué estás ahí. Pero más o menos mantengo el ritmo. Trato de alejar todos esos pensamientos y centrarme en seguir corriendo como hasta ahora. Paso la milla 22 en 6'42". Es la milla más lenta que he hecho en toda la carrera. Eso no me gusta y me propongo arreglarlo en la siguiente. En este momento me viene a la cabeza el Maratón de París y cómo plantearme el final kilómetro a kilómetro me ayudó aquel día a superar un final horrible. Hoy no es un final horrible, pero necesito hacer lo mismo, así que mentalmente me planteo que la meta es la milla 23. La alcanzo en 6'39". Sigo perdiendo segundos pero hoy me tengo que dejar el alma aquí. A los pocos metros oigo a mi izquierda mi nombre y cómo mis familiares y amigos se dejan la garganta y las fuerzas con sus gritos y gestos de ánimo. Los miro y sigo mi camino. Voy tan concentrado y tan al límite que ni siquiera saludo. De hecho ni siquiera distingo bien cuántos ni quiénes son. Sólo pienso en llegar lo más rápido posible a la milla 24 y en no dejarme vencer por el deseo cada vez más grande de desfallecer. Paso por la milla 24 y no consigo darle al lap en el reloj al primer intento. No tengo ánimo para hacer un segundo intento. Pero he superado otra milla y ahora vamos a por la 25. Esta vez sí que empiezo a oler la meta. Además aquí hay mucho mucho mucho público gritando y animando. Pero el castigo que llevo cada vez es más grande y va poco a poco ganando terreno. Llevo ya muchas millas jugando en el alambre y no sé si seré capaz de aguantar hasta meta. Pero antes de la milla 25 me encuentro con el arco que indica el kilómetro 40.
Vamos Carlos que ahora sí que estás llegando, vamos joder. El crono dice 2:41'46" en el 40.
Este último parcial de 5 kilómetros se me ha ido mucho... Además llega la milla 25 y el crono dice que son 13'25" para las dos últimas. Cada vez voy más lento. 2h50 es imposible pero además hacer MMP se pone cada vez más feo. Adelanto a corredores que van andando y me entra otra vez ese deseo oscuro de pararme. No me quedan fuerzas, no voy a bajar de 2h50 y seguramente ni siquiera pueda hacer marca porque cada vez voy más despacio. Pero bueno, estoy cerca, muy cerca del final y habrá que terminar esto de la forma más digna posible. Además veo el Big Ben al fondo. Sé que al llegar allí giramos a la derecha y cogemos dirección Sant James Park que nos lleva casi al final del maratón.
No merece la pena parar ahora me digo.
Has sufrido demasiado las últimas 6 millas como para no exprimirte hasta el final en la que te queda. Llego al Big Ben y giro a la derecha. Ligera bajada arropado por un público que no me va a abandonar ahora. El final es hermoso, pero también eterno. Voy con todo y voy adelantando gente. Llego a la altura de St. James Park que se queda a mi derecha. Fotógrafos en el medio de la calzada. Público entregado a los maratonianos. Cartel de 800 metros para meta.
Vamos Carlos, dos jodidas vueltas al Monte Romero. Más fotos, más público. Cartel de 600 metros. No puedo con mi alma, quiero terminar ya. Cartel de 400 metros y miro el reloj. 2:49'17". Tengo 1'38" para igualar mi marca, 1'37" para mejorarla. Se me va a escapar, al ritmo que voy se me escapa y no puedo correr más rápido. Giro a la derecha en la penúltima curva. Conozco el final porque el año pasado lo vi y sé que después de la siguiente curva a la derecha está la recta de meta. Me atormenta la idea de que con lo que he sufrido las últimas millas se me vaya a escapar la marca por 3 ó 4 segundos, pero voy VACÍO.
No, no, no, no, joder!!.
Todo se para. Pienso en mi entrenador, en David, pero en el David atleta. A él hoy aquí la marca no se le escaparía. Él hoy aquí encontraría fuerzas donde fuera para hacer estos 300 metros que me quedan. Yo hoy no quiero ser menos, hoy David merece que yo saque esto adelante.
Quedan 300 metros y meto un cambio de ritmo. No sé de dónde salen las fuerzas para hacerlo, pero salen. Me duelen las piernas y el gemelo derecho amaga con un tirón. Me da igual, si se rompe ya pararé pero mientras aguante yo iré cada vez más rápido. Enfilo la recta y veo la meta. Está ahí. 42 jodidos kilómetros he estado para alcanzarla y saborearla y sin embargo va a ser una recta de meta agónica. Me abstraigo del público, de los otros corredores a los que adelanto, de las banderas, del sonido, de todo. Sólo soy yo, mi reloj y el arco de meta que cada vez está más cerca. Tengo que hacer menos de 2:50'55". Aguanto el esfuerzo, miro el reloj, veo la meta y justo antes de cruzarla sé que lo he conseguido. Termino el maratón en 2:50'50" rebajando mi MMP en apenas 5 segundos.
Cruzo la línea y grito un "Camoooooooon!!!!!!!!" que se podría haber oído en Camboya. Ando unos 5 metros y me paro. Apoyo las manos en las rodillas y me doy cuenta de que apenas puedo andar. Un voluntario me pregunta cómo estoy y le digo que bien. Hace 1 año y 5 meses que no mejoro marca en ninguna distancia y hoy lo he hecho en una carrera de casi 3 horas por apenas 5 segundos, manda huevos... Intento andar pero me cuesta mucho. Me duelen mucho las piernas. Ese último 400 en 1'33" me ha dejado destrozado. Vuelvo a poner las manos sobre las rodillas y me pongo a llorar como un niño pequeño. No sé si es por la emoción, por el dolor, por el descanso, por la satisfacción, por la impotencia, por el sufrimiento, por el alivio o por algún otro motivo que no consigo describir, pero lloro como un niño desconsolado. Poco a poco me voy recuperando de las emociones y consigo andar hacia la zona donde los voluntarios te ponen la medalla.
Hoy sí que me la he ganado, joder. Despacio y exhausto voy alejándome de esa línea de meta que tantas ganas tenía de cruzar con un pensamiento que me llena de orgullo y satisfacción. Virgin London Marathon 2012: I came, I run, I conquered.