31 de mayo de 2008

Cosas que pasan...

Muchos días, casi un mes sin escribir en el blog. Trabajo, algo de ocio y alguna que otra borrachera(más bien una pero muy gorda y que duró tres días en la despedida de soltero de mi cuñado Alfredo que se casará dentro de menos de tres semanas con mi hermana). Esos principalmente han sido los motivos por los que apenas he podido conectarme a internet en el último mes. Pero pensaba el jueves pasado volver a escribir ya que llevo un par de semanas o tres entrenando algo más en serio y ya tengo el calendario de carreras de este mes más o menos perfilado. Así que el jueves salí de trabajar a mediodía a toda hostia (perdón por la expresión) para llegar a mi casa pronto y que me diera tiempo a escribir algo. Sin embargo cuando llegué a casa me encontré con que me había pasado una de esas cosas que siempre crees que sólo le pasan a los demás...

Dos menos diez: Subo las escaleras de mi casa pues voy hablando por teléfono con David, mi entrenador, y en el ascensor no hay cobertura. Voy a entrar en mi casa y me doy cuenta de que el marco de la puerta a la altura de la cerradura está roto. "Joder David, creo que alguien ha entrado en mi casa..." Cuando introduzco la llave en la cerradura y abro me cerciero de lo que pareció a primera vista. Han reventado la cerradura de seguridad (bueno, que así las llaman...) y han entrado a robar. Entre otras cosas, se han llevado mi portátil y el de mi compañero de piso, quien por cierto no está en Murcia y lo tengo que llamar por teléfono. Es decir, que no pude escribir mi tan ansiado post... Se llevaron todo lo que podían llevar, que tampoco es mucho pues ni mi compañero de piso ni yo tenemos joyas ni cosas de gran valor, pero todos los aparatos electrónicos "volaron". Mío se llevaron mi portátil, una tele plana que me regaló Banesto al domiciliar la nómina, mi cámara de fotos, el iPod que me regaló mi madre, el reproductor mp3 que usaba antes (regalo de mis compañeros y amigos de mi etapa en Miami), un reloj que me encantaba que me regalaron mi hermana y mi madre (por qué no lo llevaría puesto, joder!!), un Rolex falso que le compré a un chino en ChinaTown en Nueva York y un reloj estropeado que me regaló mi abuelo. Dejaron mi pulsómetro supongo que porque no sabían lo que vale... Me dolió especialmente el portátil por todo lo que llevaba dentro que me he dado cuenta hoy de que he perdido encima las copias de seguridad de los archivos personales (fotos de carreras, de viajes, documentos, diplomas, trabajos de universidad...) y el reloj que me regalaron mi madre y mi hermana que me encantaba.

Decir que entraron en mi casa (2º A) y en el 2º B y 2º C. Como somos los más pobres pues fuimos a pesar de todo los mejores parados. Decir también que Ramón (mi compañero de piso) y yo nos lo estamos tomando con humor, de hecho bromeamos bastante con el tema. Mis vecinos sin embargo (incluso los que no fueron robados (primer y tercer piso)) están que no duermen por la noche, que van a poner alarmas y que a partir de ahora no van a poder vivir tranquilos... Yo tengo clara una cosa, mi vida no va a cambiar salvo porque tengo unas cuantas cosas menos. Es posible que en los tiempos que vivimos vuelvan a entrar a robarme, y me vuelvan a quitar cosas que valoro, pero voy a seguir siendo igual de feliz. Al fin y al cabo esto son cosas que pasan, y como son cosas que pasan pues a veces me pasan a mí.

Por último decir que hoy no voy a poner ninguna foto, no porque no quiera o no lo haga normalmente, si no porque NO TENGO NINGUNAAAAAAAAAA. Podrían por lo menos los cacos haber hecho una copia de "Mis Documentos" en uno de los DVDs vírgenes que había al lado del ordenador y habérmelo dejado con un lacito justo donde estaba el portátil. Eso sí me haría un poco más feliz.

Y nada, por último mandaros un abrazo muy fuerte a todos, prometo volver a participar activamente en los blogs, tanto en los vuestros como en el mío. He tenido que pillar otro portátil, si bien el que se han llevado estaba ya a punto de jubilarlo, así que a partir de mañana no tengo ya escusa.

Salud !

2 de mayo de 2008

Correr con música

300 metros antes de llegar a meta en la Maratón de París


Hoy me apetece reflexionar a cerca de una costumbre que tenemos algunos, quizá muchos, de los que nos lanzamos cada día a la calle para hacer kilómetros con nuestras zapatillas de Running: correr con música.

Yo empecé a correr a finales de febrero del año 2006. Desde más o menos la tercera semana tuve un aparato para poder escuchar música mientras corría. Mis compañeros y amigos de Miami (donde entonces vivía) me regalaron un reproductor mp3 de medio giga para acompañarme en mis entrenamientos el día que celebré mi cumpleaños. Siempre, salvo cuando la batería moría y mi dejadez la tenía agotada durante varios días he podido elegir si salir o no con música. Y la verdad, no siempre me llevo el mp3.

Aquel año 2006 mi objetivo fue prepararme para mi primera maratón. El entrenamiento, sobre todo desde Junio fue bastante duro, pues yo no había entrenado nunca y una maratón entraña una preparación exigente. Recuerdo que los días de rodajes suaves o tiradas largas siempre cogía mi mp3. Coldplay fue el grupo que más escuché en mis carreras, aunque al cabo de esos meses pasaron muchos otros por mi reproductor. En momentos en los que correr se me volvía más aburrido que cansado, la música me daba la motivación y la distracción que necesitaba. Sin embargo, aquellos días que tenía que hacer entrenamientos más rápidos, series o carreras a ritmo fuerte, entonces siempre prefería salir sin música. Me gusta concentrarme bien en lo que estoy haciendo en esos días.

Han pasado más de dos años desde que empecé a correr y sigo utilizando del mismo modo la música. En rodajes suaves, largos, o rodajes que no requieren mucha concentración, solo rodar y rodar, me cuesta mucho más terminarlos cuando voy sin música. Sin embargo los entrenamientos de calidad, por así decir, la música me molesta. Hoy tengo un iPod Nano que me regaló mi madre hace un par de meses, también por mi cumpleaños. Lo bueno del iPod respecto al anterior reproductor que usaba es que sus 8 gigas me permiten tener ahí toda la música que me gusta, y así no tener que cambiar las canciones como hacía en el otro. Y aún así, no siempre lo llevo conmigo.

Pero bueno, estoy seguro de que me costaría mucho más entrenar sin la posibilidad de escuchar música mientras corro, al menos sin la oportunidad de sentir las canciones y el ritmo de mis grupos favoritos.

Por último, las carreras, ahí no hay distracción que valga, siempre sin música para sentir el ambiente, el público y el ruido y la respiración de los corredores.

Hoy sin ir más lejos he salido a correr, rodaje suavecito de poco más de 35 minutos (estoy un poco vago aún...) y el grupo inglés Muse ha marcado mi camino al ritmo de sus canciones más antiguas. El domingo seguramente cuando haga otro rodaje suavecito retomaré la escucha justo donde hoy la he dejado.

Saludos a todos.