31 de diciembre de 2007

XXI San Silvestre Crevillentina

30 de Diciembre de 2007. 19 horas. Mi primer diezmil. Es una distancia que entrenando he hecho muchas veces y que tengo muy bien medida, aunque con dorsal las cosas siempre son distintas. Además, en el trayecto en coche Murcia - Crevillente David me advirtió de que este es un diezmil muy duro pues no paras de subir y bajar cuestas con mucha pendiente. Le pregunto cómo quiere que salga y me dice que lo haga lo mejor que pueda, pero me recomienda no salir muy fuerte para que no se me haga larga la última vuelta (1600 metros) donde aún hay un par de cuestas de pendiente fuerte.

El recorrido son un total de 3 vueltas, la primera de 2000 metros, la segunda de 6400 metros y una tercera y última vuelta de 1600 metros según la información de la página web. En la salida, dado que es un circuito bastante estrecho, trato de colocarme lo más adelante posible para tratar de perder el mínimo tiempo posible. La salida es una recta de unos 300 metros en bajada, con una pequeña curva a la derecha para seguir con otros 300 metros de bajada, así que David me insta a salir fuerte en la bajada para ganar posiciones y evitarme después los tapones, pues el recorrido es por calles estrechas con muchos recovecos. Así que con esas consignas me concentro y espero al pistoletazo de salida a las siete de la tarde.

Y entonces suena y comienza la carrera. Pasan exactamente 13 segundos hasta que cruzo la salida y doy por comenzada mi San Silvestre, y encaro la recta con un ritmo fuerte para ganar posiciones pero sin cebarme para no quedarme sin fuerzas. La animación es brutal y entre la bajada y la adrenalina paso el primer kilómetro en 3:53. “Demasiado rápido” pienso, pues me he planteado entrar en meta en unos 42:30 (4’15” por Km) debido a que aún no estoy en forma y a que es una carrera bastante dura. Los siguientes km van endureciendo la carrera, y paso con un tiempo de 7:55 por el km 2, y ya con un tiempo de 16:00 por el km.4. Esa es la parte más dura, pues desde el km 2 hasta prácticamente el 5 es cuesta arriba. Paso por el km 5 con un tiempo de 20:05, sabiendo que me quedan a partir de ahora 3 km en los que hay más metros de bajada que de subida. Lo malo es que aún quedan unas cuantas subidas, así que decido en las bajadas tratar de recuperar bien sin parar mucho el ritmo (hay algunos corredores que me pasan) para después en la subida vaciarme para mantener un buen ritmo. La fatiga empieza a hacer mella, pero paso por el cartel de km 8 con un tiempo de 31:43. Entonces veo posible acabar mi primer diezmil por debajo de 40 minutos, y decido exprimirme en los últimos 2 km. Estoy ya muy cansado pues no estoy acostumbrado a esos ritmos durante tantos km, pero paso el km 9 en 35:45. Estoy en tiempo de bajar de 40 mimutos, y en el último km sufro mucho para intentarlo. Encaro la última recta (100 metros en subida con bastante pendiente) mirando el crono oficial. Veo que además de bajar de 40 minutos en tiempo real, también lo puedo conseguir en el tiempo oficial desde el pistoletazo, así que hago el último esfuerzo para llegar a meta con un tiempo oficial de 39:57 y un tiempo real de 39:44. Llego, eso sí, fundido. Si dura un km más la carrera no llego, jeje.

Al acabar estiramientos, beber un poco e ir al coche donde me están esperando mi entrenador y su mujer. David ha hecho 13º de la general con 33:02, así que nos tenemos que esperar a que le den su premio. Su mujer, Nuria, ha sido 11ª en mujeres y 8ª en su categoría con 40:50. Yo me conformo con un 178º puesto total (eso sí, de 1775 llegados) y el 101º en mi categoría (Senior Masculino). Tras recoger el premio de David, nos volvemos a Murcia comentando la carrera y a descansar. Próximas carreras, el 13 de enero el Cross de las Torres de Cotillas (algo más de 10 km) y el 10 de Febrero el Medio Maratón de Orihuela. Hasta entonces a seguir entrenando igual de bien que hasta ahora.

6 de diciembre de 2007

Retrospecto - La Bahía San Francisco

Pues debió de ser, y si fallo será por pocos días, el 21 de Julio de 2006. Estaba pasando unas mini-vacaciones de ocho días con Mary Carmen en California y no podía faltar a la cita con mis entrenamientos para la Maratón de Nueva York. Recuerdo además que la Maratón y Media Maratón de San Francisco se corrían justo una semana después de mi paso por esa hermosa ciudad.

Me levanté temprano, desayuné fuerte y salí a correr. El hotel estaba aproximadamente a 1 Km de la Bahía yendo por una de las calles principales, la que lleva al Mercado, y decidí empezar por ahí. Así que encaré esa larga Avenida hasta el mercado, donde giré a la izquierda para encarar la Bahía dirección al Golden Gate.

A partir de ahí fueron algo más de 45 minutos corriendo entre los puestos, muelles y demás detalles de una de las ciudades más genuinas del mundo, con el Golden Gate y su magestuosa estructura en mi horizonte visual. Pasé por parques, carriles bici, y alguna que otra cuestecilla hasta que cuando llevaba unos 50 minutos decidí dar la vuelta.

En la vuelta parte de la ruta la hice diferente, entre otras cosas para hacer algo menos de recorrido. Seguí por la bahía con el océano a mi izquierda hasta el muelle donde por la tarde cogería el ferry para ir a la prisión de Alcatraz, y allí decidí meterme por esas calles con esas pendientes salvajes que vemos en las películas de policías. He de decir que en mis casi dos años como corredor de fondo, nunca he subido una cuesta tan empinada como la que subí por la calle del hotel poco antes de acabar mi rodaje aquel día. Me exprimió bien exprimido.

Tal vez suene extraño que un año y medio después tenga tan nítido el recuerdo de aquel rodaje, de aquel entrenamiento, uno más de los muchos que hice para preparar la Maratón de Nueva York, pero creerme que cualquiera que hubiera corrido por ahí se acordaría igual que me acuerdo yo. De hecho pasarán muchos años y seguiré recordando con gusto aquellos 15 kilómetros por la bahía de San Francisco.

24 de noviembre de 2007

Empezando la puesta a punto

Después de la Maratón de Berlín hace ya casi dos meses, apenas he corrido y entrenado. Tan sólo la Media Maratón de Molina de Segura y algún que otro rodaje los días que tenía mucho mono de asfalto antes de la misma. Por lo tanto he estado sin actividad deportiva unas cuantas semanas que me han servido para descansar y cargarme las pilas de ilusión y fuerzas renovadas.

Pero todo llega, y desde hace un par de semanas he estado saliendo a rodar un par de días o tres a la semana, y a partir del martes empiezo mi preparación para la Maratón de París. Con la ayuda (por primera vez desde que corro) de un entrenador que me guiará en los pasos y las formas correctas de intentar hacer en París en mejor tiempo posible. De momento tengo el planning de las tres primeras semanas, que dice que le van a valer para ir teniendo más claro los ritmos que debo de llevar en cada tipo de entrenamiento. Además me ha pedido que use el pulsómetro y apunte los niveles de pulsaciones que llevo en cada entreno, pues eso le ayudará a ajustar mejor los entrenamientos para sacarle más partido a los km que haga.

También me ha dicho que quiere que el 30 de Diciembre corra la San Silvestre de Crevillente, que va a ser por tanto mi primer diezmil, pues hasta ahora sólo he competido en medias y maratones. Estoy deseando ponerme otra vez un dorsal...

Así que nada, tras el descanso merecido, ahora vuelven unos meses de preparación con la ilusión de volver a verme en la salida, recorrido y meta de una gran maratón. A algunos os veré allí, al menos eso espero, los más valientes corriendo y al resto animando. Yo de momento empezaré a sumegirme en la soledad de mis entrenos.

Saludos cordiales.

16 de noviembre de 2007

6 de Abril: Maratón de París



Ahí va la tercera, a ver si la vencida, y bajo las tres horitas. Misión casi imposible, pues sería darle al crono un bocado de 17 minutos, y eso en cinco meses es mucha tela. Pero bueno, siempre me ha gustado ponerme metas difíciles y esta vez no será diferente.

El dorsal 4973 será mío. Con ese dorsal voy a dar tiempo en una maratón que me apetece correrla por varios motivos. En primer lugar porque es una de las grandes de Europa, aunque quizá haya un par o tres por encima... En segundo lugar porque París es una ciudad que me gustó mucho cuando la visité hace más de 10 años y a la que tengo ganas de vover. Qué mejor manera que recorriendo sus calles sin tráfico jadeado por un público fiel. Pero sobre todo, es una maratón que me encanta por el recorrido. Un vistazo al mismo me muestra que durante muchos km iré viendo la Torre Eifel, el monumento que más me ha impresionado de todos los que he visto en el mundo. Me iré poco a poco acercando a ella hasta dejarla a la izquierda pocos km antes de encarar el camino hacia el Arco del Triunfo, donde está la meta.

Tengo otra vez mucha ilusión y ganas de enfrentarme con los 42195 metros de una maratón. Ya he pasado página a dos, la de Nueva York inolvidable por todo, que salió perfecto, y la de Berlín, de la que espero haber aprendido pues fue peor y sufrí una barbaridad. Pero eso es historia pasada, y ahora hay otro reto esperando.

Empezar a entrenar y recuperar la forma poco a poco es lo próximo, para llegar como un tiro a las calles de la capital de Francia.

9 de noviembre de 2007

Patrocinador


Pues sí, parece que un amiguete ha decidido ayudarme un poco con los gastos que (gustosamente) tengo debido a esta pasión que he encontrado en correr maratones. Una conversación en una boda, ponernos un poquillo de acuerdo y parece que a partir de ahora pasearé el nombre de su empresa de servicios deportivos por las carreras que dispute.


Dado que no soy un corredor de élite ni voy a resultarle rentable publicitariamente, hemos llegado al acuerdo de que me pagará la ropa deportiva y me ayudará, en la medida de lo posible y siempre que a él le parezca adecuado, a pagar parte de las inscripciones en determinadas carreras. Yo la verdad es que estoy encantado por el hecho de que un buen amigo quiera poner el nombre de su empresa en mi camiseta, y por ver de la manera que se está implicado en mi faceta de atleta. Estamos decidiendo qué equipación comprar, para que sea llamativa y a la vez bonita y atractiva, lo cual es complicado pero posible. Lo más seguro es que sea naranja, que es su color corporativo, aunque es cuestión de ver tiendas y catálogos para después decidir.


Así que nada, a partir de ahora seré CarLitros de "Making Sports", que es como se llama la estupenda empresa de servicios deportivos personalizados que irá en mi camiseta. A ver si me da suerte y el año 2008 me ayuda a romper la barrera de las tres horas.


Saludos cordiales.

5 de noviembre de 2007

Hace un año...

Hoy hace un año de uno de los recuerdos más bellos de mi vida.
Hoy hace un año del día que me desperté a las 5 de la mañana con ganas de madrugar.
Hoy hace un año que perdí mi virginidad como corredor de fondo.
Hoy hace un año que un disparo me guiaba el camino a seguir.
Hoy hace un año que el cielo de Nueva York me vio correr por sus calles.
Hoy hace un año que sentí por primera vez el sufrimiento y el orgullo pleno.
Hoy hace un año que me pusieron la medalla más enriquecedora de mi vida.
Hoy hace un año que Central Park se rindió a mis pies.
Un 5 de Noviembre de 2006, cumplí mi sueño corriendo la Maratón de Nueva York. No he podido desengarcharme de la pasión del running, y creo que habrá muchas más maratones e historias que contar.

24 de octubre de 2007

Medio Maratón de Molina de Segura


Allí fui, un domingo por la mañana con ganas de acabar la temporada de carreras disfrutando de un circuito sinuoso y rompepiernas, lleno de subidas y bajadas con calles estrechas, de esos que hacen daño en los que es difícil mantener un ritmo constante. Además el abandono de los entrenamientos desde Berlín y el abuso de las cervezas, copas y algún que otro cigarrillo, me llevaron a la salida con la sana intención de disfrutar del recorrido y hacer un tiempo decente.


Pero me pudo el entusiasmo y en el kilómetro 3, al mirar el crono y ver 12:20, y notar que empezaba a entrecortar en exceso la respiración, me dije a mí mismo que si seguía así iba a sufrir mucho al final. Decidí aflojar el ritmo y rodar, que eran muchos km acumulados este año y tampoco estaba yo para grandes hazañas. Me adelantaron unos cuantos grupos hasta el km 8 más o menos y ahí encontré un grupeto bueno con el que fui hasta el km 16 más o menos. En el 10 marcabamos 43:19 y el 15 1:06:09, haciendo el parcial de esos 5 km más lento que la mayoría que los parciales que marqué en Berlín. Pero es que no estaba para más... Aún así a partir del 16 me encontré fuerte y cambié el ritmo para hacer un tiempo final de 1:31:58, más de 4 minutos por encima de mi mejor marca hace algo más de un mes en Lorca, pero suficiente y satisfactorio dadas las circunstancias. Al acabar medallita (la primera que me dan en una media) y un poco de post-carrera charlando con otros atletas.


Después a comer con mi amigos Paco Dimás y Luci, que fueron a verme llegar y a descansar de la competición de larga distancia, que lo tengo merecido, hasta por lo menos enero o febrero.


Ahora toca dejar caer el estado de forma para empezar otra vez fuerte en diciembre y llegar a tope a abril, donde intentaré bajar las 3 horas 16 minutos de Berlín en alguna maratón, seguramente en París. A este respecto, espero que alguno de los que os pasáis de vez en cuando por este blog vayáis también a París y entre todos seamos capaces de hacer un sub-3, o al menos quedarnos cerca. Iñaqui, ¿me ayudarás a conseguirlo?, jeje.


Aprovecho para mandar algunos mensajes:

Iñaqui: Creo que un corredor experimentado y de buen nivel como tú me puede ayudar con buenos consejos a mejorar cada día y a conseguir romper la barrera de las 3 horas el próximo año.

Chorus: 2 segundos no son nada, aunque en tu caso puedan ser la diferencia entre la plena satisfacción y la sensación agria de quedarte a punto de alcanzar un sueño. Tal vez el asfalto está guardando una ocasión mejor para batir las 3 horas, y lo hagas a lo grande la próxima vez.

Lorenzo: Tu momento está a punto de llegar. Tu preparación es inmejorable y si gestionas bien tus fuerzas y tus sensaciones, seguro que haces de la Maratón de Nueva York 2007 un momento inolvidable para ti y para los que están a tu lado.


Saludos cordiales.

Pasando por meta en la primera vuelta en Molina de Segura

17 de octubre de 2007

Mis dos medallas... mis dos tesoros




Berlín
30 Sep 2007
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MIS TESOROS



New York City
5 Nov 2006
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Esta entrada es un pequeño homenaje a todos aquellos que han conseguido acabar una maratón

10 de octubre de 2007

Retrospecto - New York City Marathon (3 de 3)

Aviso, es muy largo, pero es el relato de los últimos km de mi primera maratón. Lo escribí (tal cual lo publico) un par de semanas después de correr aquel día. Hoy, diez días después de correr en Berlín mi segunda maratón, y algo más de tres semanas antes de una nueva edición de la Maratón de Nueva York, me parece el momento perfecto de cerrar el relato. Lo continuo donde lo dejé, en el famoso y temido Puente de Queensboro.

El Puente de Queensboro
Este puente merece su propio apartado, lo describo brevemente. Es un puente con dos niveles, el inferior y el superior, como eslógico. A los corredores nos meten por el nivel inferior, por lo tanto tenemos un techo a unos tres metros de altura. Corremos por el carril izquierdo, por el que vendrían los coches de frente si no cortaran el tráfico. A la derecha tenemos un muro de hormigón de un metro de altura que separa nuestro carril del carril por el que irían los coches en la misma dirección que nosotros. Ese otro carril está vacío, pues no hay ni coches, ni público, ni corredores. Un poco más a la derecha otro muro de hormigón de un metro de altura y los hierros y barras que sujetan el puente, que hacen que la visión sea casi nula. A la izquierda tenemos un tercer muro de hormigón de un metro de altura, que también se une mediante hierros y barras de hierro con el techo. No hay vistas, y por lo tanto la sensación de claustrofobia es importante. Es bastante oscuro, y además no hay público, y según vamos entrando poco a poco y sufriendo la pendiente suave pero continua y sin descanso, el sonido de los incondicionales que nos animan va desapareciendo detrás de nosotros. Y entonces la mente empieza a hacer de las suyas, porque empieza a ser interminable el tramo que une Queens y Manhattan. El sonido, todo sonido que me ha acompañado toda la carrera desaparece, y es el ruido de las miles de zapatillas golpeando el asfalto lo único que me acompaña. Al cabo de un rato paso por un par de zonas en las que la oscuridad es casi absoluta, y tengo que tener cuidado para no tropezar con el corredor que me precede. Pero esas zonas oscuras me marcan que estoy en la mitad, justo en la mitad, del puente. Y a partir de ahí la pendiente empieza a ser favorable. La sensación de claustrofobia y soledad no amaina, pero al menos el esfuerzo es menor. Poco a poco me voy acercando, y lo sé, al final del puente, y poco a poco también empiezo a oír el griterío del público que está esperando en la primera avenida de Manhattan. Pero sigo sin ver nada dentro de ese largo y tedioso puente. Al cabo de otro rato cojo una salida a mano izquierda, y por fin salgo del puente, y lo que ven mis ojos es una valla a mi izquierda, y al frente una gra multitud gritando y animando a los que estamos sufriendo el palizón de la maratón de Nueva York. Me espera una bajada de unos cien metros, y cuanto más abajo estoy mi campo de visión aumenta y mi emoción también, al ver como toda esa gente, todo ese público está esperando a que pasemos los corredores. Me dan ganas de llorar, pero en lugar de eso me fijo que justo al salir del puente pasamos por el cartel de milla 16, es decir, 10 millas, 16 kilómetros para la meta. Y aquí tomo otra decisión importante en la carrera, pues decido por primera vez desde el kilómetro 5 volver a cambiar el ritmo y tratar de exprimir las fuerzas que me quedan en los kilómetros finales. Tomo una curva de izquierdas de 270º que me mete en la Primera Avenida de Manhattan, que está vallada como en la Vuelta a España, y en la que veo cuatro y cinco filas de público absolutamente volcado con nosotros, y estoy, me digo, corriendo por Manhattan y disfrutando del aliento del público.


La Primera Avenida

La primera Avenida es bastante ancha, por lo que decido coger la parte izquierda de la carretera y poner un ritmo más fuerte del que llevaba. Calculo y considero que pasar por el kilómetro 30 por debajo de 2h23' sería señal de que me estoy saliendo. Sigo por tanto con la cabeza concentrada en mi ritmo, y paso por el cartel de dicho kilómetro en 2h22'29”, pulverizando una vez más el pronóstico más optimista. Pero aún me quedan un par de kilómetros por esa avenida antes de dejar Manhattan para hacer una pequeña incursión en el Bronx. Ahí, en los últimos kilómetros de la Primera Avenida, empiezo a tener los primeros síntomas de flaqueza y tras pasar por el kilómetro 30 decido bajar otra vez el ritmo un poco, pues me quedan más de 10 kilómetros que no son ninguna broma. Y con esas, y tras la enésima subidita, entro en el puente que une Manhattan y el Bronx. Este puente no es claustrofóbico porque no tiene techo, y no tiene tampoco ni mucha longitud ni mucha pendiente, pero es un puente que en vez de asfalto tiene rejilla, y a la rejilla le ponen encima una moqueta naranja. La sensación, tras 32 kilómetros corriendo por asfalto es rara, y los gemelos se te cargan levemente. A pesar de eso yo sigo adelantando corredores, y me planto en el Bronx con ganas de seguir recortándole metros a la mejor carrera del mundo.

El Bronx
El cansancio empieza a ser patente, y por primera vez desde que sonó el pistoletazo de salida empiezo a sufrir de verdad, y a entender la grandeza y dureza de acabar una maratón. Pero me quedan fuerzas suficientes para mantener un ritmo vivo a pesar de que el último puente, con su moqueta, ha dejado huella en mis piernas. El Bronx está también lleno de público que se ha decidido a perder la mañana viendo cómo pasamos por su barrio, por sus calles, con el orgullo de querer acabar la maratón más impresionante de todas las que se celebran. Toda la carrera, a pesar de haber transcurrido sin viento, ha hecho bastante frío, y a estas alturas sigue haciéndolo. De hecho, mis manos están echando mucho de menos los guantes que lancé al cielo en algún momento en el Puente deVerrazano hace ya casi tres horas. Al doblar una de las pocas curvas que hay en el Bronx, todas a la izquierda, un termómetro me revela que la temperatura es de 9º. Y con esa temperatura encaro el último puente, el quinto de cinco, en el cual una policía bromista nos dice a los corredores “Please leave The Bronx right now” (por favor abandonar El Bronx ahora mismo). Me dan ganas de decirle que de eso se trata, pero prefiero seguir corriendo y no meterme con las autoridades, y menos en Estados Unidos. Y tras pasar ese puente, me preparo para entrar, ahora sí por última vez, de nuevo en Manhattan por la QuintaAvenida.

La Quinta Avenida
Salgo del puente y hago una chicanne, curva a la derecha y luego a la izquierda para encarar la Quinta Avenida. Allí nos esperan, en el Harlem, grupos de gospel cantando y tocando música. El ambiente es impresionante, con las gentes de este barrio haciendo ruido y disfrutando del sufrimiento que llevamos. Yo ya voy un poco cascado, si bien el ritmo y las sensaciones siguen siendo buenas. El kilómetro 35 me dirá de todas maneras si he bajado mucho el ritmo con respecto a los kilómetros anteriores, y paso por este kilómetro con un tiempo de 2h46'34”, que a pesar de que supone que los 5 últimos kilómetros los he hecho en 24'05”, que es un poco más despacio que el ritmo que llevo desde el kilómetro 5, sigue siendo un ritmo fuerte que me llevará a meta en unos cuantos minutos menos de tres horas y media, objetivo impensable cuando empecé la carrera. Antes de afrontar la milla 22 rodeo un parque, para lo cual hago una curva de derechas, otra de izquierda, paso el cartel de dicha milla 22, otra curva a la izquierda, y luego otra a la derecha para afrontar de nuevo la larga recta que supone la Quinta Avenida. Sigo con mi ritmo otra milla más, y cuando paso por el cartel de la milla 23 miro mi reloj y compruebo que paso en 2h59'. Recuerdo entonces que mi entrenamiento más largo fueron precisamente 23 millas, y que tardé 4 horas en hacerlo, es decir, que me he comido una hora en esta carrera. Y claro, todo a partir de ahora es nuevo, y aparece el gran muro que tiene preparado esta jodida maratón. De la milla 23 a la milla 24 es subida, con una pendiente no muy fuerte, pero constante, y además me está pillando de imprevisto porque me esperaba esta cuesta ya dentro de Central Park. La calzada de la QuintaAvenida es ancha, pero hay mucho público y no hay vallas, así que la gente, cual etapa del Tourmalet en el Tour de Francia, se mete dentro de la carretera para animar. Y allí me encuentro yo, corriendo, subiendo y sufriendo como los ciclistas en las etapas de montaña, con la gente encima de mí gritando y animando, exigiéndome el último esfuerzo antes de llegar a la meta. Se me hace durísima esta milla que es esta subida. Se me hace tan dura que por fin, cuando acabo la subida y hago una curva a la derecha que me mete en Central Park, voy absolutamente fundido y sin fuerzas. Me salva la excitación de entrar en Central Park que empuja de mí para intentar llegar a meta lo antes posible.

Central Park
La entrada a Central Park me recibe con una bien merecida bajada y el cartel de la milla 24. Este cartel me recuerda que me quedan apenas 2.2 millas para llegar a la tan ansiada meta y terminar la carrera. Voy absolutamente fundido, así que decido mirar el crono en la milla 24 y después en la 25 para saber el ritmo que llevo en estos últimos compases de la carrera. Entre los dos carteles trato de dejarme llevar por el numeroso público que ha venido a ver el final de la carrera. Al pasar por la milla 25, y dado el gran cansancio que acumulo, ni siquiera soy capaz de acordarme del tiempo con el que pasado por la milla anterior. Voy tan fundido que mi mente ni siquiera es capaz de calcular de manera aproximada el tiempo que tardaré en llegar a meta y por tanto, cuál va a ser, más o menos, el tiempo final. Además el cartel de la milla 25 me indica que, al ser la maratón 26,2 millas, me quedan apenas 1,2 millas para el final. Sigo con mi agarrotamiento, y además se da la circunstancia de que en el último punto de avituallamiento, a pesar de tener bastante sed decido no coger agua. Para beber agua, tengo que parar y andar. Tal y como voy si paro a beber mis piernas no van a saber ponerse de nuevo a correr, así que sigo pensando que no queda nada para acabar. Llega el cartel que indica que queda 1 milla para llegar a meta. ¡¡No puede ser!!, hace mucho rato que he pasado el cartel de la milla 25, no puede ser que desde entonces sólo haya corrido 0,2 millas, es decir, algo más de 300 metros. Me invade el desasosiego de pensar que voy pisando huevos, que mis piernas ya no me responden, que mi cabeza no puede pensar… y con estos pensamientos salgo de Central Park para recorrer de este a oeste, por la calle Park South, la parte sur del parque. Más o menos a la mitad de la calle Park South me encuentro con el cartel de 0,5 millas para el final y cinco metros después con el cartel de 800 metros para el final. Me empiezo a desesperar de nuevo porque no me veo capaz de correr esa ínfima distancia. Pienso para animarme que son dos vueltas a una pista de atletismo, dos jodidas vueltas. Entonces llegamos a Columbus Circus, apenas unos 300 metros más adelante, donde me espera una gran pantalla gigante, que recoge las imágenes de una cámara que enfoca justo por donde paso al mirar la pantalla. Me veo en esa gran pantalla y tras girar a la derecha para volver a entrar en Central Park, llega otro subidón de adrenalina, pues ya dentro del parque y después de hacer una leve curva a la izquierda, a unos 200 metros puedo ver la meta, la tan ansiada y deseada línea de llegada. Según entro en la recta veo cómo el cronómetro oficial, el que empezó a contar con el pistoletazo de salida, cambia de 3:24:59 a 3:25:00, y como sé que yo salí casi tres minutos más tarde, calculo que voy a llegar en algo menos de 3 horas 23 minutos, toda una hazaña, pulverizando todas las expectativas, incluso las más optimistas que me hacían en la meta en 3 horas 40 minutos. Ahí me recreo, saludo al público yme preparo para uno de los mejores recuerdos que me va a dejar mi vida, la entrada en la meta de mi primera maratón, en la más grande de todas, en la de Nueva York, que como pensé por la mañana, se rinde a mis pies a pesar del mal trago que me ha hecho pasar los últimos 4 kilómetros.

Entro en meta levantando los brazos con mi pañuelo blanco en la mano derecha. Orgulloso, feliz y contento, grito para soltar la adrenalina del momento y dejo que amablemente un voluntario me cuelgue la medalla más merecida de mi vida. Ha sido sin duda una experiencia que me marcará para siempre, la maratón de Nueva York, y ha sido sin duda un logro personal acabarla en mucho menos de cuatro horas. Ahí queda eso, que no es poco y como se dice en mi tierra, con dos cojones.

8 de octubre de 2007

Maratón de Berlín - La Crónica

Una vez leí que la dureza de una maratón no está en su perfil, en su climatología o en su altitud; la verdadera dureza está en su distancia, es decir, en los 42195 metros que separan la salida de la llegada. Yo me lo creí, pues lo el que lo escribía es una voz autorizada de esto, pero el domingo 30 de Septiembre lo supe. Los seis últimos kilómetros de la Maratón de Berlín, plana, con buen clima y condiciones perfectas, fueron uno de los peores momentos de mi vida en cuanto a sufrimiento físico se refiere. Pero bueno, esa es la grandeza del maratón, superar esos momentos y aguantar el sufrimiento...

El sábado 29 llego a Berlín a las 10 de la mañana (en el vuelo de Iñaqui (Zabaldu), uno de los que siempre dejan unas líneas por aquí) y llamo por teléfono al apartamento que había reservado. Me dice la casera dueña que hasta las dos de la tarde no puedo hacer el check-in, así que me veo con mi maletón en el aeropuerto sin saber que hacer. Decido ir a la feria del corredor a recoger mi dorsal, para lo cual tengo que cruzar Berlín entero. Salgo de allí y cojo el metro para ir al apartamento pues me queda más o menos una hora de trayecto. Llego a las dos y hago el check-in. Me planteo que son casi las tres y que aún no he comido, y decido salir a comer algo, si bien antes quiero ver lo que hay en la bolsa... ¡¡¡¡ Hostias, no llevo el chip !!!!, no va dentro de la bolsa del corredor y veo un código de barras escrita en esta... Joder, había que recogerlo aparte...

Salgo estresado, me como un plato de pasta (buenísima por 3€) en un pizza-pasta al lado del apartamento y vuelvo a cruzar Berlín (en metro, por supuesto) para ir a la feria a por mi chip. También compro, ya que voy con más calma, algo de ropa deportiva y una jarra para el ganador (futuro entonces) de la porra. Al final vuelvo al apartamento cerca de las ocho estresado y con dolor en el pie derecho pues a medio camino con la lluvia la bolsa con la jarra se me ha caído y la he parado (instinto reflejo) con el pie. No sólo me he hecho daño si no que encima a pesar de mi esfuerzo se ha roto. Quería haber corrido media horica para afinar los músculos pues llevaba sin correr desde el jueves, pero no pude. Mal comienzo para un fin de semana de maratón.

El domingo me levanto más tarde de lo deseado y no me da tiempo ni a comer bien ni a llegar tranquilo a la salida. Mi cajón es el E (sub 3:30) y a las 8:57 estoy aún buscando la entrada. Consigo encontrarla casi mientras dan el pistoletazo y Haile empieza su gran hazaña. Yo paso por la salida algo más de 3 minutos después. Los primeros kilómetros, como siempre, de tanteo para ver cómo me encuentro de sensaciones. He decidido salir de manga larga con tirantes encima por si me da calor. En el tercer kilómetro tiro la camiseta de manga larga y decido correr en tirantes. A esas alturas ya sé que hoy no voy fino, pero el entrenamiento tiene que dar sus frutos y pongo marcha de 4'25" el Km. De ahí a la media maratón me limito a rodar a tren, marcando los miles entre 4'20" y 4'30" el Km. Me molesta mucho beber agua en vasos, pero no hay más remedio.

El paso por la media lo hago en algo menos de 1h34', y pienso que dado que no tengo buenas sensaciones, lo mejor es mantener el ritmo para que cuando tenga que empezar a regular para bajar de 3h10' pueda jugar con un par de minutos de márgen. Y así sigo hasta el Km 32 donde empiezo a hacer cuentas. Según el paso por ese km, puedo permitirme hacer los 10 km que me quedan a 5' por km y aún así estaría en algo menos de 3h10', pero empiezo a ver que voy a tener que sufrir. A pesar de ir exprimiendo fuerzas sigo rodando por debajo de 4'30" hasta el 35, donde empiezo a notar que mis piernas no quieren correr más, y los gemelos y contramuslos se agarrotan. Aguanto hasta el 36 donde, tras mucha lucha psicológica contra mi dolor, tengo que dejar de correr. Miro mi crono y veo que llevo 2h40' y que me quedan 6 km, pero no puedo ni andar, y calculo que voy a tardar más de una hora andando en hacer esos 6 km. Todo se desvanece y pienso que me voy a ir a casi 4 horas porque mis piernas no pueden moverse y tengo la sensación de que mis gemelos van a explotar.

Y allí estoy, andando, casi cogeando pues no sé cómo apoyar los pies para no sentir dolor, cuando el público, bastante numeroso a esas alturas me anima y reprocha por pararme, lo cual me hace empezar a correr poco a poco. Pero cuando pienso que aún me quedan casi 6 km me desvanezco pues es toda una eternidad yendo como voy. Me paro y el público me alienta, empiezo a trotar otros cuantos metros. Me vuelvo a parar y me vuelven a alentar.... Así una y otra vez hasta casi el km 40. Destrozado tras luchar contra mi dolor 4 km decido pararme, literalmente. Entonces oigo en un español muy claro: "Venga joder que sólo quedan dos". Me doy la vuelta y le digo: "No puedo ni andar", a lo que me responde: "No me jodas, échale dos cojones que llevas 40 km, ¿es que no puedes con los dos últimos? Ese comentario me puede y me pongo a correr para ya no dejarlo hasta la meta. En la recta, a unos 500 metros de pasar por debajo de la puerta de Brandenburgo veo a mi madre, y agradezco que no me haya visto antes cuando sufría porque la pobre lo hubiera pasado peor que yo con esto de lo sufridas que son las madres. Según me acerco a la meta empiezo a sonreir y el dolor se me olvida por un rato. Cuando estoy a punto de cruzar miro al cielo y levanto los brazos en homenaje a mi amigo Jacinto. Los últimos diez metros, con los brazos ya abajo, me dejo llevar para cruzar con un tiempo neto de 3h16'41". Entro casi llorando por el recuerdo de Jacinto, decepcionado por no haber entrado por debajo de 3h10, y sorprendido y contento de mi capacidad para exprimir mis últimas fuerzas y no abandonar en los últimos 6 km.

Al fin y al cabo es mi segunda maratón y mi primera gran crisis, y creo que la he solventado bien. Al llegar me como tres caramelos que unas guapas alemandas reparten pues noto que lo que necesito es azucar. Me tapan con una manta térmica y trato de andar hacia la devolución de chips, pues apenas puedo caminar con el esfuerzo final. Al quitarme el chip me empiezan a dar escalofríos y temblores, así que busco un médico sin suerte. Decido ir a por mi ropa y abrigarme, tal vez así se me pase. Me cambio y estiro, y poco a poco voy entrando en calor. Me tumbo en la plaza de la república, descanso y pienso en la grandeza de correr y acabar una maratón. Estoy destrozado pero orgulloso al fin y al cabo.

Media hora después salgo del recinto para los finishers y decido comprar otro vaso de cerveza con motivos de Berlín para el ganador de la porra. Ha sido Paco Dimas, que pensó que 3h10 era un objetivo muy alto. Yo pienso que podría haberlo hecho, pero como me dijo otro corredor en la fiesta de por la noche, hoy valemos lo que hemos hecho esta mañana, y yo hice 3h16'41".

Por último agregar que tuve la suerte de ser apartado en la fiesta de por la noche por los guardaespaldas de Gebre cuando lo llevaban al escenario, así que pasó a mi lado y le pude dar la mano.

La próxima maratón en abril, quizá París. La próxima carrera, el Medio Maratón de Molina de Segura aquí al lado de Murcia, el día 21 de Octubre. Con eso cierro el año de carreras.

4 de octubre de 2007

Mejor marca personal sin objetivo cumplido

La semana que viene escribiré la crónica, pero antes, como anticipo, publicar que corrí en Berlín en 3h16'41", es decir, que no logré mi objetivo pero mejoré en 6 minutos justos mi marca en Nueva York de hace un año. La historia y los porqués... en unos días...

23 de septiembre de 2007

Maratón de Berlín - 2 -

Falta una semana para el gran día. Por lo tanto, y a pesar de los tres rodajes que me quedan para esta semana, ya se puede hacer un balance del entrenamiento y la preparación. Han sido cuatro meses de dedicación a esta carrera en los que ha habido un poco de todo.

Durante los dos primeros meses y medio he ido cumpliendo perfectamente los entrenos y ritmos que me había propuesto en el plan de entrenamiento. El punto crítico y que ha marcado sin duda la preparación ha sido el inesperado e inoportuno esguince de tobillo que me hice el 21 de agosto. Esto me ha hecho perder una carga importante de kilómetros durante los 10 días que no pude correr, y es posible que me pase factura al final de la prueba, pero por otro lado me ha permitido descansar un poco y tal vez esa frescura añadida tenga también su punto favorable. La prueba sin duda fue ese tiempo de 1:27:53 en el Medio Maratón de Lorca el pasado 9 de Septiembre, ya que sin estar en muy buen estado de forma nunca hubiera llegado a ese tiempo.

Por último mentalmente creo que estoy fuerte, y tal vez esta es la parte más importante y la que me puede hacer llegar al objetivo marcado de 3 horas 10 minutos en meta. La preparación ha sido buena a pesar de todo, y la ilusión es mayúscula. Esto unido al hecho de que llego a esta prueba con algo más de experiencia que el año pasado cuando corrí en Nueva York, hace que la confianza y mentalización esté por encima que en otras ocasiones.

Por lo tanto, y en resumen, creo que puedo hacer un buen papel y cumplir con los objetivos previamente establecidos. Si no puedo, pues intentar disfrutar al máximo de la prueba, ya que el simple hecho de cruzar la línea de meta sin parar de correr es premio suficiente al esfuerzo y preparación hecha.

La suerte está echada.

17 de septiembre de 2007

Va por Jacinto...

No puedo pasar por alto el dolor que siento tras la muerte el pasado sábado de mi amigo Jacinto. 24 años vivió lo mejor que pudo y supo. Desde aquí le rindo un pequeño homenaje y mi mirada al cielo al pasar la meta dentro de 13 días será la manera de recordar su vida, corta, pero llena de cosas buenas.

Descansa en paz.

9 de septiembre de 2007

Medio Maratón de Lorca

18 días después de salir del Hospital Morales Meseguer de Murcia en silla de ruedas y el pronóstico de 21 días sin correr, he participado en el Medio Maratón Ciudad de Lorca. Como precedentes decir que esta semana he entrenado lunes, miércoles, jueves y viernes. Por lo tanto, y dado que esta carrera se trataba simplemente de un entrenamiento con vistas a Berlín y un test para el tobillo, no he hecho lo que se llama una semana de recuperación para la carrera. De hecho con la media maratón de hoy completo algo más de 55 Km esta semana.

Decidí ayer por la noche que saldría sin crono para guiarme por mis propias sensaciones, y dado que mi mejor marca en medio maratón está en 1:33:36 conseguida hace menos de cuatro meses en Almansa, consideré que estar entre 1:31 y 1:32 sería un buen resultado.

Además creí que la carrera era a las 10 cuando en realidad era a las 9:30, algo de lo que me he dado cuenta a las 9:25 pasadas, así que he salido sin calentar y casi sin estirar.

Me ha costado coger el ritmo un par de kilómetros, pero he hecho una carrera excelente. He llegado con fuerzas a los 5 últimos kilómetros para tirarle a muerte y no sólo adelantar a muchos corredores en esos kilómetros finales, si no robarle un buen puñado de segundos al crono. La verdad es que sabía que iba bien y que iba a mejorar mi marca de Almansa, pero al llegar a la recta de meta me he encontrado con que iba a entrar por debajo de 1h28. He hecho un tiempo neto de 1:27:53 y un tiempo oficial de 1:28:05. He bajado en más de 5 minutos mi mejor marca y he cogido un montón de moral para la carrera de dentro de 3 semanas en Berlín. El tobillo no me ha molestado nada y estoy loco por que llegue el Maratón.

3 de septiembre de 2007

Esguince casi superado

El sábado volví a correr tras diez días sin hacerlo. Hice una tirada de una hora bastante despacio, y no tuve molestias. El domingo descansé y hoy lunes he vuelto a correr. Esta vez han sido unos 13 Km haciendo los 6 últimos a un ritmo más vivo. Al final casi una hora y cuarto. Ahora esta semana a entrenar fuerte y el domingo a correr en Lorca, aunque no creo que haga buen tiempo porque llegaré algo cargado de entrenar toda la semana. De todas formas esta media maratón no es más que parte del entreno para la gran cita en Berlín.

28 de agosto de 2007

Vuelta al tajo

Informar que tras seis días sin hacer deporte, ayer volví a las andadas con una sesión de bici de algo más de tres cuartos de hora. En total unos 16 Km por el terreno rompepiernas del campus de Murcia. Esta tarde a nadar, y así el resto de la semana combinando piscina y bici, que el sábado saldré a correr un rato y a probar el pie.

Aprovecho para anunciar que correré el 9 de septiembre la Media Maratón Ciudad de Lorca como preparación final para Berlín si el pie me lo permite.

23 de agosto de 2007

Esguince de tobillo

A punto de no correr en Berlín el 30 de Septiembre. El martes haciendo un entrenamiento rápido me torcí el tobillo. Tres horas después estaba saliendo de urgencias en silla de ruedas con una férula, un esguince de grado 2 y el pronóstico de una semana con el pie inmovilizado y luego mínimo dos de recuperación. El sueño se desvanecía, pues en este momento un parón así es tirar por la borda el entrenamiento realizado hasta ahora.

Afortunadamente ayer miércoles visité un fisioterapeuta que me recomendó mi amiga Marta. Revisó mis placas y tras quitarme la jodida férula me revisó el tobillo. El pie no está hinchado, no hay hematoma y la movilidad no es mala. Diagnóstico: Tengo un esguince, pero mucho menos grave de lo que me dijeron, así que me ha puesto un vendaje funcional. De ese modo puedo hacer vida normal y salí de la consulta ¡¡¡ andando normalmente !!!. Me quedan cuatro días con la venda a partir de los cuales podré empezar a montar en bici, nadar y realizar ejercicios de fuerza para el tobillo. En diez días estaré corriendo otra vez. Es un problema, pero después de haberlo visto todo negro, es una bendición saber que estaré corriendo normalmente en diez días y que aún podré cumplir con los plazos de entrenamientos.

20 de agosto de 2007

La porra para la Maratón de Berlín

Como ya hice hace un año con la maratón de Nueva York, este año voy a hacer otra porra para la maratón de Berlín. Es muy sencillo, participar es gratis y el ganador se llevará algún regalo conmemorativo del evento que yo mismo compraré el fin de semana de la carrera. CUALQUIERA PUEDE PARTICIPAR.

Reglas:

1. Se participa dando un pronóstico del tiempo que haré. Ganará el que más se acerque, ya sea por arriba o por abajo a mi TIEMPO NETO registrado por la página web oficinal de la Maratón. Me explico, te toman dos tiempos, el oficial y el neto. El oficial empieza a contar desde que se da el pistoletazo de salida hasta que cruzas la meta. El neto empieza a contar cuando pasas por la línea de salid de Berlín, es decir, es el tiempo que tarde en completar los 42 kilómetros y 195 metros. Como seremos unos 40.000 corredores y primero salen los profesionales, va a pasar un rato desde que se de el pistoletazo, hasta que yo empieze la carrera, por eso en la porra el válido es el tiempo neto.
2. Dado que no hay dinero de por medio, sólo vale un tiempo por persona.
3. No se pueden repetir tiempos ni dar tiempos en una franja de 10 segundos con respecto a otro tiempo pronosticado. Ejemplo: Si alguien pone 3h10'00", no puede haber otro pronóstico entre 3h09'50" y 3h10'10".
4. Si abandono, perdemos todos, porque voy a estar de muy mala hostia para andar dando recuerdos de la carrera, así que no vale pronosticar que no acabaré la carrera.
5. El jueves 28 de septiembre, a las 14h (hora española) se cierra el plazo.

Pistas:

1. El objetivo que me he marcado es acabar por debajo de 3h10', por lo tanto puede ser una buena referencia.
2. El año pasado corrí la Maratón de Nueva York en 3h22'41".
3. Cuando corro 10 Km a tope tardo entre 41 y 43 minutos, dependiendo del día.
4. Lo voy a dar todo y las apuestas no influirán en mi rendimiento, simplemente intentaré acabar lo mejor posible en el menor tiempo posible.

Cómo participar:

1. Dejando un comentario con tu pronóstico en este blog.
2. Enviandome un email a cpayanalonso@yahoo.es con tu pronóstico.
3. Por teléfono, por messenger o como sea, simplemente haciéndome saber el tiempo que piensas que haré.

Vaya semanita!!!!

Menuda semana la pasada, eso sí, que la hemos cerrado con algo más de 66 Km de entrenamiento. Esto de las vacaciones a veces, cuando te preparas para una maratón te hace ir mucho más estresado. Me explico:

El lunes no pude correr porque venía de viaje de la playa y llegué a Murcia a las nueve y media de la noche sin ganas de hacer ese entreno suave de recuperación.

El martes me iba de viaje a Cañada de la Cruz, las fiestas del pueblo de mi amigo Paco Dimas. Salíamos a las seis y media así que tuve que hacer un entrenamiento fuerte a las 4 y media de la tarde en Murcia, a casi 40 grados con mucha humedad.... casi me da algo.

El miércoles volvíamos a Murcia desde Cañada de la Cruz, si bien parando por la tarde y a cenar en Caravaca de la Cruz. Allí, por los caminos del pueblo y con la ayuda de Juan, el tío de mi amigo Paco Dimas, conseguí hacer 45 minutos de fartlek acompañado durante la primera vuelta de las dos que di a ese circuito improvisado de un coche que me indicaba el camino correcto por aquel laberinto de caminos.

El jueves por la noche tenía que estar en Madrid para cenar, así que tuve que volver a salir a correr a las 5 de la tarde, con toooooodo el calor y humedad que eso supone en Murcia. Por lo menos fue un entrenamiento suave en longitud (5 Km) y velocidad.

El viernes, como estaba en Madrid me fui al Retiro. Como no lo conozco y nunca he corrido por allí decidí correr por el borde interior del parque, si bien hay un punto que si no te lo conoces te sales, así que me perdí un poquito. Al final un par de vueltas más o menos iguales para hacer casi 45 minutos a ritmo bastante fuerte.

El sábado descanso merecido.

El domingo, de vuelta a Murcia donde llego a las 7 y media de la tarde. A las ocho estoy con las zapatillas puestas afrontando una larga y tediosa tirada de 35 Km. La semana ha sido muy larga, hay muchísima humedad, me deshidrato demasiado rápido y quizá salgo un poco deprisa, así que en el Km 30, totalmente exhausto, con dolores en las piernas, dificultad para llevar un ritmo normal de respiración y bastante deshidratado, decido parar cuando llevo recorridos 30 Km y medio.

Como bien digo, meduda semanita. Espero que la que hoy empieza sea más llevadera y no tenga que hacer tantas cábalas.

9 de agosto de 2007

Retrospecto - New York City Marathon (2 de 3)

Este Retrospecto tiene dedicación especial para Lorenzo, cuyo propósito y reto podéis conocer visitando su blog nycmarathonyalgomas.blogspot.com. Él hará su debut como maratoniano, al igual que hice yo en 2006, en la Maratón de Nueva York. Mucha suerte.

El Puente de Verrazano
Aún recuerdo con nitidez como nada más sonar el pistoletazo empezamos a subir aquel magestuoso puente. Es la subida más larga y con más pendiente de toda la carrera, pero el descanso y la adrenalina del momento hace que apenas notes que estás subiendo. Yo estaba ansioso por comer kilómetros y desde el primer momento empecé a adelantar gente por donde podía. Era muy complicado, pues éramos muchos y los ritmos eran ya desde el principio diferentes. Había corredores que se paraba a hacer fotos desde la mediana del puente y la sonrisa dominaba los rostros de casi todos los corredores que afrontábamos el reto aquel día. En algún punto del puente me dio la sensación de que hacía algo de calor y que iba a seguir subiendo la temperatura durante la carrera, así que decidí tirar mis guantes. He de decir que luego los eché de menos. Fueron dos millas en aquel puente, el famoso, el que sale cada primer domingo de noviembre en los telediarios de todo el mundo para decirnos que se está celebrando una nueva edición de la Maratón de Nueva York.

Brooklyn
Brooklyn es un clamor, lleno de gente, niños que se colocan a los lados de la calle para darte pañuelos, agua, comida, aliento y fuerza. Es un espectáculo. Mi carrera, no obstante, la marcó el paso por el cartel de la milla 3. Yo iba con un grupo que iba a llegar en 3h30 con una de esas liebres que pone la organización. Al pasar por el cartel de la tercera milla este experimentado (se notaba) maratoniano que hacía de liebre nos dijo "25 minutes guys, a little bit faster" (25 minutos chicos, un poco más deprisa). Tres millas son 4800 metros. Para hacer una maratón en 3h30 hay que ir exactamente a 5 minutos el kilómetro, por lo tanto llevábamos algo de retraso. De hecho el kilómetro 5 lo pasamos en 25:46. Yo quería correr en menos de 4 horas, pero ese día me encontraba muy fuerte y decidí jugármela desde lejos. Cambié un poco el ritmo y me empecé a alejar poco a poco de ese grupo de 3h30. Mis tiempos de paso fueron 49:16 por el km 10, 1:12:43 por el km 15, 1:36:07 por el km 20 y 1:41:04 en el paso del medio maratón. Es decir, estaba corriendo aproximadamente en 23:30 cada 5 km, y además las sensaciones al llegar el medio maratón eran buenas. Pensé que si no me desfondaba podía acabar en menos de 3 horas y media, muy por debajo de mi objetivo, y pensé incluso que podía ir un poco más rápido, pero esta vez no me la quise jugar y mantuve el ritmo. El medio maratón se encuentra en medio del puente que une Brooklyn y Queens, y por tanto es la media maratón la que nos da paso a Queens, el tercer barrio de los cinco por los que se pasa tras Staten Island (en la salida) y Brooklyn.

Queens
Queens se pasa rápido, pues son apenas 4 km los que se hacen por él. Hay menos público que Brooklyn, pero el que hay no desmerece ni disminuye la sensación de ser el gran protanista de un gran evento, pues los ánimos no cesan en ningún momento. De todas formas el cansancio empieza a ser algo más evidente, pues los 21 km que lo preceden dejan huella en las piernas. De hecho, y a pesar de pasar por el km 25 en 1:59:43 (23:36 del 20 al 25) mis zancadas ya no tenían tanta alegría como al principio. Además la amenaza del Puente de Queensboro que une Queens y Manhattan mete miedo en el cuerpo cuando sabes que se acerca el que es el momento más duro de toda la carrera para casi todos los corredores. Está justo en el km 25, y son unos dos kilómetros en los que la soledad, la dureza de la carrera y la sensación de claustrofobia hacen que parezcan muchos más... Pero eso va a tener que esperar, pues bien merece empezar el último capítulo con esa maldita parte del recorrido.

... Continuará ...

La carga de Kilómetros

61 kilómetros la semana pasada, casi 80 la anterior... Son las dos semanas que más he corrido en todo el año, y son las dos últimas. Mis piernas lo notan, mis músculos no están igual de ágiles y el cansancio del entrenamiento empieza a hacer mella.

Esta semana el lunes decidí descansar, tenía un entrenamiento de recuperación con 5 Km muy suaves, pero me quedé en casa a ver si mis piernas regeneraban. He entrenado martes y miércoles y esta mañana he pasado por el fisioterapeuta. Sesión de descarga, por primera vez en mi vida a los 30 años. Dice la fisio que me ha tratado que me va a ayudar el masaje, que voy a notar ligereza y que el cansancio acumulado va a disminuir. Pero joder, qué daño me ha hecho!!

Hoy también descanso, mañana haré unos diez kilómetros y el sábado volveré a descansar. El domingo tirada larga de más de 25 kilómetros para poner a prueba las palabras de la fisio. El entrenamiento está en su fase decisiva y sin duda, en la más dura. Eso sí, va a ser impagable si en Berlín voy bien y disfruto acabando mi segunda maratón.

2 de agosto de 2007

Retrospecto - New York City Marathon (1 de 3)

Qué menos que recordar en este blog mi debut como corredor de fondo. Qué menos que recordar mi debut en la maratón más famosa del mundo. Qué menos que recordar la satisfacción de cruzar la línea de meta en Central Park exhausto, en menos de 3 horas y media. Que menos que recordar aquel 5 de Noviembre de 2006.

Hay días que te levantas con un cosquilleo en el estómago, con los nervios y las ganas de saber que ha llegado un momento importante en tu vida, y este lo era. Llevaba casi nueve meses entrenando, desde los 20 minutos del primer día que salí a correr con las agujetas que me provocaron, hasta las 4 horas corriendo de mi última tirada larga tres semanas antes del día D. Mucho progreso, muchas horas en el calor y la humedad de Miami haciendo kilómetros y kilómetros. Todo eso tenía un objetivo y un por qué, y ese momento había llegado.

Hacía frío, aunque menos del esperado por las previsiones más pesimistas. Allí estábamos en Fort Wadsworth los casi 40.000 runners que íbamos a tomar la salida. Unos bebiendo café, otros recibiendo masajes, otros dejando pasar el tiempo, haciéndose fotos... había de todo. Yo estaba relajado, tranquilo, me encontraba bien y sabía que las cosas iban a salir bien. Estaba confiado, había apostado con mi jefe, el gran José Ruiz Arbeloa, que acabaría en menos de 4 horas, y tenía muy claro que iba a conseguirlo. Me hidraté bien las dos horas antes, y comí las cantidades adecuadas de comida. No hablé prácticamente con nadie, simplemente dejé que mi relajación poco a poco se fuera convirtiendo en emoción y esa emoción en adrenalina que me llevara más deprisa hasta la meta.

Aún recuerdo con nitidez el momento en el que me coloqué en mi "corral", el destinado a los dorsales entre el 8000 y el 8999 justo antes de andar entre los gritos de ánimo de los voluntarios hasta la zona de salida en el Puente de Verrazano. Aún recuerdo los eternos 10 minutos previos al pistoletazo. Aún recuerdo el olor a reflex y la adrenalina que soltaban a base de gritos y saltos otros corredores. Aún recuerdo todo eso y por supuesto, el BOOOOM!!!!! de la salida, el sonido que indicaba que las próximas horas las iba a vivir corriendo por las calles de Nueva York. A por todas me dije, este es tu día, y empecé a correr sin parar buscando la línea de meta.

...Continuará...

31 de julio de 2007

Maratón de Berlín - 1 -

Pues empezamos mañana el mes de agosto, el más caluroso seguramente y el que más me va a hacer sufrir con el calor y la humedad. Esto marca el hecho de que faltan 60 días para la gran cita del año, la Maratón de Berlín. El entrenamiento está siendo duro pero las lesiones me respetan y tengo la sensación de estar entrenando mejor que el año pasado para la New York City Marathon. Desde luego estoy haciendo más Km. y me he saltado menos entrenamientos.

El objetivo está claro y esta vez es más ambicioso que el año pasado, pues quiero estar por debajo de las 3 horas y 10 minutos. Eso me aseguraría la participación en la Maratón de Boston de 2008 y 2009. A pesar de eso todo lo que sea bajar de 3 horas y media sería un éxito, y me daría por satisfecho si mejoro mi marca personal de 3:22:41 que logré hace 9 meses en la Gran Manzana.

El dorsal que me han asignado ha sido el 9083, se vuelven a encontrar en mi camino los números 0, 8 y 3, que ya compartieron viaje conmigo en Nueva York (dorsal 8320) y en Almansa (dorsal 803). Esperemos que me den tanta suerte como en estas dos carreras, que es donde acredito mis mejores marcas.

Lo veremos en algo menos de dos meses.... el 30 se Septiembre... en Berlín.