26 de febrero de 2008

Cross de Jumilla

Siempre digo que sufro mucho en los crosses, pero también sé que son carreras que te dan un plus estupendo para afrontar las medias y las maratones con opciones de mejorar tus marcas. El domingo fue el Campeonato Regional Murciano de Cross en Jumilla, y allí estaba yo en la salida para hacer mi tercer y último cross de este invierno.

La mañana nos recibió con inclemencias meteorológicas, con el cielo nublado y lluvias intermitentes. Aún así, el circuito estaba bastante uniforme y apenas había charcos en un par de zonas concretas. Es un circuito con muchas rectas y con curvas abiertas y casi todo llano, propicio por tanto para “fonderos” pues permite poner un ritmo y mantenerlo sin tener que hacer arranques constantes y cambios de ritmo.

Tras calentar durante unos 20 minutos, a la línea de salida a esperar el pistoletazo. Apenas 35 corredores nos hemos acercado esta mañana a Jumilla, así que intuyo que voy a correr solo de nuevo. Se da el pistoletazo y tomo posición en la parte media del grupo. Paso el primer kilómetro en 3:40, dejándome llevar por el impulso del grupo, y a partir de ahí ralentizo un poco el ritmo para encontrar un paso constante con el que recorrer los 11740 metros que según la organización tiene la carrera. Me pasan algunos corredores y cuando llevamos dos kilómetros me encuentro como en los dos crosses anteriores, completamente solo. La carrera tuvo poca historia, pues mantuve un ritmo constante y sin altibajos durante todo el recorrido para entrar en meta en el puesto 25 con un tiempo de 44:10. Si el circuito estaba bien medido, me sale un paso de 3:45 por kilómetro, si bien pienso que he ido un poco más despacio y que quizá hemos hecho 300 ó 400 metros menos. De una forma u otra, lo importante es que las sensaciones fueron buenas, y que es un buen entrenamiento de cara al maratón.

Quiero desde aquí darle ánimos y apoyo a nuestro compañero y amigo Paco Montoro, que mientras yo corría este cross tomaba parte en Sevilla en su undécima maratón y que fue capaz de llegar a meta como un coloso a pesar de todos los problemas que la carrera le puso. Mi más sincera admiración amigo Paco.

20 de febrero de 2008

Segundo aniversario..

Hoy cumplo 31 años. Normalmente es una noticia que en la rutina en la que vivo pasa más o menos desapercibida. Mi día va a ser bastante normal. Esta mañana he venido a trabajar como siempre a las ocho, a mediodía comeré en la sala-comedor que tenemos en las oficinas y leeré un poco de Runner's World hasta las tres y media. Después, cuando acabe de trabajar iré a hacer unas series a las pistas de Espinardo y cuando las haya hecho a casa a cenar. Charlaré un rato con mi compañero de piso y es posible que salgamos a tomar una cerveza rápida con algún amigo, aunque no sé si estaré demasiado cansado para eso. Lo veré sobre la marcha. La verdad es que nunca he sido persona de celebrar mis cumpleaños, en mi opinión, son solamente un día más en la vida.

Sin embargo, hoy escribo aquí porque es el segundo aniversario de un día que cambió mi vida, día que casualmente coincidió con el que cumplí 29 años. Aquel año 2006 lo pasé entero en Miami trabajando en la Oficina Comercial de la Embajada de España con una beca que me concedió la Junta de Castilla La Mancha. Mi curiosidad y admiración por Nueva York me llevó a visitar a mi amiga Pitu (que vivía allí) uno de los puentes de los que dispuse. Coincidió además que ese puente “contenía” el 20 de Febrero, mi cumpleaños. Cayó en lunes, que además era el día que tenía el vuelo de vuelta para Miami, y por la mañana cogimos un ferry que nos llevó a la isla de Staten Island. Ese ferry es típico cogerlo para ver la Estatua de la Libertad, ya que pasa muy cerca y es gratis, por lo tanto puedes verla y hacerle fotos sin pagar el desmesurado precio del barquito turístico que te lleva a la isla donde está la estatua. Es un viaje de ida y vuelta, se coge el ferry a Staten Island, y al llegar te bajas y te montas otra vez en el mismo ferry que te devuelve a Manhattan. No hay nada más que hacer allí.

Era un día soleado, tuvimos mucha suerte, aunque hacía bastante frío. Cuando estábamos esperando a que el ferry iniciara el camino de vuelta, mi amiga Pitu me dijo:
- Carlos, ¿ves ese puente?
- Sí, ¿por qué?
- Es el Puente de Verrazano. Desde ahí sale la Maratón de Nueva York. Ese es el puente que sale siempre por la tele repleto de corredores.
- ¿Y cómo es que se sale desde ahí?
- Porque la Maratón pasa por los cinco barrios, sale del puente en la parte de Stanten Island, después pasa por Brooklyn, Queens, Manhattan, Bronx y acaba otra vez en Manhattan en Central Park. Hay además mucha animación y la ciudad se vuelca con los corredores. Hay público en todo el recorrido, no sólo para los profesionales, si no para todos los corredores porque es un día especial para toda la ciudad.
- Pues estaría genial correrla – Contesté.
- Pues ya sabes, ponte a entrenar, creo que es en otoño.

Desde la última vez que me había calzado unas zapatillas para correr podrían haber pasado perfectamente 15 años. Llevaba sin hacer deporte mucho tiempo, pero aquella ciudad me hizo desear correr su maratón. Además, de pequeño siempre había tenido el sueño tonto de correr la maratón de Nueva York desde que vi por primera vez en el telediario una noticia hablando de ella.

Me lo planteé ese mismo día como tantas otras cosas que nos planteamos y que nunca cumplimos, y al día siguiente (ya en Miami) salí a entrenar por primera vez. Un cuarto de hora de carrera continua me dejó valdado para dos días. A las dos semanas ya era capaz de enlazar una horita seguida corriendo. Poco después me planteé además de terminar el hacerlo en menos de cuatro horas, y el destino y la suerte me acompañó pues el tan ansiado dorsal de la Maratón de Nueva York me tocó en el sorteo oficial. Muchas horas de entrenamiento y esfuerzo me llevaron el 5 de Noviembre de 2006 a correr la Maratón de Nueva York en 3h22m41s. No me he podido desenganchar del running, en concreto de la pasión por las maratones, que es el reto y la distancia que me motiva cada día para entrenar y que me da energía para afrontar los problemas con los que me encuentro en mi vida.

Pero todo esto, como decía al principio, empezó en aquel ferry, en la Isla de Staten Island con mi amiga Pitu hace dos años. Fue esa ciudad maravillosa la que me vio nacer como runner, no sólo por ser allí donde perdí mi virginidad como corredor de fondo y maratoniano, si no porque fue allí donde tomé la decisión de empezar a correr, cambiando con ello mi vida para siempre.

Hoy hace dos años de aquello, dos maravillosos años en los que he disfrutado y experimentado sensaciones estupendas, sufrimiento, esfuerzo, satisfacción y una lista interminable de emociones que alimentan cada día mis ganas de ponerme las zapatillas y salir a devorar calles y caminos con ellas. Dos maratones, seis medias, un diez mil en ruta y dos crosses largos son de momento mi bagaje. Miami, San Francisco, Santa Bárbara, Las Vegas, Washington, Chicago, Nueva York, Toledo, Albacete, Madrid, Alcantarilla, Londres, Berlín, Murcia, Orihuela, Almansa, Molina de Segura, Lorca, Puerto Lumbreras, Torres de Cotillas o Caravaca, ciudades que han sentido el golpear de mis zapatillas sobre sus distintos suelos.

Que sean muchas más carreras. Que sean muchos más lugares. Que sean muchos más años.

10 de febrero de 2008

Medio Maratón de Orihuela

Me levanto a las ocho. Mañana fría y nublada en Murcia. Desayuno, me doy una ducha para espabilarme, preparo las cosas que necesito y me bajo a esperar a que vengan a buscarme para ir a Orihuela.

Llegamos a Orihuela más o menos a las nueve y media. Tras aparcar vamos a coger el dorsal y a tomar un café. Después nos cambiamos y hacemos unos minutillos de trote para ir activando el cuerpo y preparandolo para el calentón que nos espera.

La salida es a las 10:30, así que Nuria (la mujer de mi entrenador) y yo a las 10:20 más o menos nos vamos trotando hacia la zona de salida. Ella se va a la zona reservada para las mujeres y yo me coloco (mal) en el mogollón. Minutos de nervios y ¡¡¡pum!!!, comienza la carrera.

Como antes he dicho, me coloco mal y pierdo algo de tiempo en la salida. Además me he puesto detrás de mucha gente que va a ir más lento que yo, voy por el centro de la calzada y además la calle no es muy ancha, así que pasan unos 300 ó 400 metros hasta que puedo empezar a pasar gente de forma más o menos regular. Aún así paso el primer kilómetro en 4:15. A partir de ahí pongo un ritmo suicida (paso por el Km 2 en 7:55, es decir 3:40 el segundo km) que me lleva al kilómetro 5 en un tiempo de 19:32. Me encuentro muy bien, mi cadencia es buena y he decidido correr sin miedo. Aún así las espinillas empiezan a quemarme un poco y noto un poco de dolor en esa parte de ambas piernas. Entre eso, y el hecho que soy consiciente de que el ritmo que llevo es demasiado para mi, decido bajar un poco el tren y rodar algo por encima de 4:00/Km. Sigo así hasta el kilómetro 10 por el que marco un parcial de 39:51.

Llevo ya casi la mitad y trato de mantener un ritmo que ronde los 4:00/Km, aún sabiendo que no debo cebarme pues quedan bastantes kilómetros y no quiero reventar. Se unen a mi otros dos corredores que van más o menos a mi tren y hacemos camino juntos unos cuantos kilómetros. Al llegar al kilómetro 14 me siento con fuerzas y tenso un poco el ritmo. No me aguanta ninguno y paso en solitario por el Km 15 en un tiempo de 59:56.

Quedan unos 6 km, y estoy en este momento bastante lanzado, pues queda poco y hay que echar el resto ante la posibilidad de bajar de ¡¡¡ 1h25 !!!. Me cuesta rodar por debajo de 4:00/Km y en según qué zonas mi ritmo se vuelve irregular. Sufro mucho en estos últimos kilómetros debido al calentón que me estoy dando y en parte también por la larguísima recta de ida y vuelta que tenemos que afrontar entre el Km 16 y el 19. Empiezo a doblar a los últimos clasificados y me doy cuenta de que ya estamos casi en meta. Voy muy tocado ya, pero el hecho de saber que si mantengo el ritmo entro por debajo de 1h25 me empuja a seguir sufriendo un poco más. Paso el cartel del Km 20 en 1:20:09, y ahí ya sí que soy consciente: Lo tengo hecho. Aún así aprieto los dientes pues no quiero jugármela y exprimo mis últimas fuerzas en las rectas de contrameta y meta. Me precede un grupo de 4 ó 5 corredores demasiado lejos para alcanzarles y el corredor que va detrás de mi está bastante lejos, así que disfruto de la recta de meta y la paso con un tiempo de 1:24:25. Puesto 116 de 1105, 47 de mi categoría senior masculino.

Hemos cumplido el objetivo planteado con bastante solvencia, ni yo mismo me esperaba hacer esta marca, de hecho mi planteamiento era intentar bajar de 1:25 en Media Maratón el año 2009. Mira por donde, lo he logrado en Febrero de 2008. Es un zarpazo de más de tres minutos a mi anterior marca y sobre todo, una prueba de que estoy entrenando bien. Esto me da mucha moral de cara a la maratón.

En otro orden de cosas, mi entrenador, que además de entrenarme también corre, con un tiempo de 1:09 se ha quedado el sexto. Ha sido además el segundo español. Su mujer también lo ha hecho mejor de lo que esperaba (1:26:50) y Ángel, otro colega que venía en el coche y que quería andar sobre 1:20 ha acabado en 1:18. Es decir, que en el viaje de vuelta todos contentos y de buen humor por la carrera. Mi próxima carrera el Campeonato Regional de Cross en Jumilla el día 24 de Febrero. La verdad es que me motiva mucho menos, pero los crosses me están dando un plus que me ayuda a progresar en las maratones y las medias.

6 de febrero de 2008

A dos meses vista

Hoy es 6 de Febrero. Faltan dos meses para afrontar mi tercer maratón, 60 días para volver a enfrentarme a los 42195 metros que separan la salida y la meta de este tipo de carreras. Tengo buenas sensaciones, mejores que nunca, mis ritmos son buenos, más rápidos que cuando preparé las otras dos, estoy combinando las tiradas largas con competiciones de diez mil metros, noto como mejoro casi cada semana que pasa, como los rodajes cada vez me cuestan menos, como las series las hago cada vez más rápido. Además, según palabras de mi entrenador, aún tengo margen de mejora, de hecho estoy haciendo muchos kilómetros estas semanas y acumulando por tanto un cansancio que se supone que me hace no ir tan rápido como podría. El domingo tengo un test, una media maratón en Orihuela como comenté en mi anterior post. En ella buscaré mejorar mi marca personal establecida hace 5 meses cuando estaba en un pico de forma. Bajar de 1h27’53” supondría que voy por el buen camino, que a día de hoy estoy mejor que entonces y que si hemos planificado bien el entrenamiento, el pico de forma que alcanzaré en Abril me pondría en situación de atacar las 3h10 en París, que es a fin de cuentas el objetivo final dentro de dos meses.

Aún así soy consciente de que lo normal es que no la supere, que corra entre 1h28 y 1h30. Quiero además pensarlo de ese modo para no decepcionarme si no lo consigo. Hace menos de un año (en mayo de 2006), en otro pico de forma establecí mi marca personal en media maratón en 1h33’36”. Cuatro meses después lo rebajé en más de 5 minutos cuando estaba muy fuerte de cara al maratón de Berlín y ahora quiero volver a rebajarla cuando me faltan dos meses para estar a tope. Tengo que ser consciente: es complicado. Sin embargo mis sensaciones son muy buenas y mi autoconfianza mejora cada día, así que tengo que al menos intentarlo. Esta semana, además, voy a hacer menos kilómetros para llegar más descansado a la carrera y poder de ese modo darlo todo y hacer la mejor marca de las posibles a día de hoy.

Pero lo que más me gusta es que esta semana estoy teniendo de nuevo esos nervios en el estómago de cuando se aproxima una cita importante, tengo esa sensación de la competición inminente, esas ganas locas de ponerme un dorsal, que es en definitiva lo que me motiva a entrenar cada día y superarme. No tenía esta sensación desde Septiembre, pues las tres carreras que he corrido en las últimas semanas estaba corto de forma y me las he tomado de otra manera, sin un objetivo claro y considerándolas como parte del entrenamiento. La media del domingo es diferente, tengo un objetivo y vamos a intentar lograrlo.

Y todo esto a dos meses vista, a sesenta días, de hacer mi tercer maratón.

I love running.

3 de febrero de 2008

Meditando un poquito

Hoy he hecho una tirada larga, de 26 Km. La he hecho en 2 horas justas, a una media de 4:37 por km. Normalmente las tiradas largas las hago más lentas, por encima de 5 minutos por km, pero hoy he salido a correr con un par de compañeros de las pistas y eso siempre te empuja un poco. He acabado bien, aunque ahora mismo, cinco horas después y con el acumulado también de las series de ayer estoy un poco cargado.

Y ahora vienen las dudas. El domingo que viene hago uno de los dos test que me quedan previos a la Maratón de París del 6 de Abril. Correré la Media Maratón de Orihuela, y la verdad, no sé a qué ritmo salir. Mi mejor marca en media maratón es 1:27:53. Lo logré en septiembre en el Medio Maratón de Lorca justo tres semanas antes de correr la maratón de Berlín. Estaba en ese momento supuestamente mejor de forma que ahora pues ya tenía la forma lista para el maratón. Ahora sin embargo aún me quedan dos meses y estoy en fase, digamos, ascendente. Aún así creo que podría mejorar esa marca si me sale una buena carrera. Y ahí están mis dudas, no sé cómo afrontarla. No sé si dejarme llevar por las sensaciones para pasar con un buen ritmo hasta el km 16 y apretar en los 5 últimos. No sé si salir a 4:10 el Km para llegar a los últimos km (si aguanto así) con posibilidad de batir marca. No sé si salir a disputar al máximo basándome en mis sensaciones. La verdad es que estoy un poco despistado, y ni siquiera me atrevo a pronosticar cuál sería un buen resultado.

Bueno, sea lo que sea intentaré que al acabar al menos las sensaciones sean buenas, como hoy, y a poder ser poder mejorar la marca de Lorca. En una semana lo veremos.