Calor...

El viernes pasado tuve que salir a correr a las cuatro de la tarde. Eso en Murcia en esta época del año son más de 30 grados con un Sol de justicia. No tenía más remedio porque tenía que irme poco después a Alicante a la despedida de soltero de mi cuñado Alfredo, el que se casa con mi hermana (bendito). Era una despedida de esas que dura todo el fin de semana y cuya actividad principal consiste en ponerse ciego y reirse con los amigos cuanto más mejor sin mesura ni control. A toro pasado he de decir que lo pasamos muy bien y que fue un fin de semana de amistad de la buena.

Pero a lo que iba, me tocó salir a correr a las cuatro de la tarde. Tenía que hacer 14 Km de rodaje suave y finalmente lo dejé en algo más de 12. Las pulsaciones las llevé por las nubes casi desde el principio y eso que el ritmo que llevaba era bastante inferior al que llevo normalmente cuando hago rodajes de este tipo. A partir más o menos del Km. 5 la sensación de sed era insorportable y tenía la sensación de que las fuerzas se me acabarían en cualquier momento. Al final acorté un poco ruta para poder llegar a casa haciendo esos poco más de 12, darme una ducha de agua fría para refrigerar el cuerpo y beber bebida isotónica como un loco para recuperar las sales minerales y rehidratarme lo mejor que pude. Y es que el verano ya está aquí. El sábado y el domingo no entrené (creo que estaba claro que así sería, de hecho lo programamos de esa forma mi entrenador y yo) y hoy tengo que hacer otros 12 Km y sesión de gimnasio. Son las seis menos cuarto y doy fé de que hasta por la menos las ocho no me pongo las zapatillas. A ver si esta semana puedo entrenar con normalidad, pues la boda es el viernes y es posible que tenga que ir a Albacete alguna tarde, lo cual seguramente me impida entrenar.

Eso sí, yo creo que no salgo más a correr antes de las seis de la tarde por lo menos hasta mediados de septiembre, que si no un día de estos me quedo tirado en alguna cuneta, jeje.

Salud!