La entrada a Central Park me recibe con una bien merecida bajada y el cartel de la milla 24. Este cartel me recuerda que me quedan apenas 2,2 millas para llegar a la tan ansiada meta y terminar la carrera. Voy absolutamente fundido, así que decido mirar el crono en la milla 24 y después en la 25 para saber el ritmo que llevo en estos últimos compases de la carrera. Voy tan cansado mentalmente que al pasar por la milla 25 no soy capaz de acordarme del tiempo con el que pasado por la milla anterior. Tampoco soy capaz de calcular de manera aproximada el tiempo que tardaré en llegar a meta y por tanto, cuál va a ser, más o menos, el tiempo final. Además el cartel de la milla 25 me indica que, al ser la maratón 26,2 millas, me quedan apenas 1,2 millas para el final. Sigo con mi agarrotamiento, y además se da la circunstancia de que en el último punto de avituallamiento, a pesar de tener bastante sed decido no coger agua. Para beber agua, tengo que parar y andar. Tal y como voy si paro a beber mis piernas no van a saber ponerse de nuevo a correr, así que sigo pensando que no queda nada para acabar. Llega el cartel que indica que queda 1 milla para llegar a meta. ¡¡No puede ser!!, hace mucho rato que he pasado el cartel de la milla 25, no puede ser que desde entonces sólo haya corrido 0,2 millas, algo más de 300 metros. Me invade el desasosiego de pensar que voy pisando huevos, que mis piernas ya no me responden, que mi cabeza no puede pensar… Salgo de Central Park para recorrer de este a oeste, por la calle Park South, la parte sur del parque. Más o menos a la mitad de la calle Park South me encuentro con el cartel de 0,5 millas para el final y cinco metros después con el cartel de 800 metros para el final. Me empiezo a desesperar de nuevo porque no me veo capaz de correr esa ínfima distancia. Pienso para animarme que son dos vueltas a una pista de atletismo, dos jodidas vueltas. Entonces llegamos a Columbus Circus, apenas unos 300 metros más adelante, donde me espera una gran pantalla gigante que recoge las imágenes de una cámara que enfoca justo por donde paso al mirar la pantalla. Me veo en esa gran pantalla y tras girar a la derecha para volver a entrar en Central Park, llega otro subidón de adrenalina, pues ya dentro del parque y después de hacer una leve curva a la izquierda, a unos 200 metros puedo ver la meta, la tan ansiada y deseada línea de llegada. Según entro en la recta veo cómo el cronómetro oficial, el que empezó a contar con el pistoletazo de salida, cambia de 3:24:59 a 3:25:00, y como sé que yo salí casi tres minutos más tarde, calculo que voy a llegar en algo menos de 3 horas 23 minutos. Ahí me recreo, saludo al público y me preparo para uno de los mejores recuerdos que me va a dejar mi vida: la entrada en la meta de mi primera maratón, en la más grande de todas, en la de Nueva York, que como pensé por la mañana, se rinde a mis pies a pesar del mal trago que me ha hecho pasar los últimos 4 kilómetros. Entro en meta levantando los brazos con mi pañuelo blanco en la mano derecha. Orgulloso, feliz y contento, grito para soltar la adrenalina del momento y dejo que amablemente un voluntario me cuelgue la medalla más merecida de mi vida. Ha sido sin duda una experiencia que me marcará para siempre, la maratón de Nueva York, y ha sido sin duda un logro personal acabarla en mucho menos de cuatro horas. Ahí queda eso, que no es poco y como se dice en mi tierra, con dos cojones.
Todo esto pasó hace ya 2 años tal y como lo cuento. Todo esto pasó el 5 de Noviembre de 2006. Todo ese sufrimiento de los últimos kilómetros en Central Park se ha convertido con el paso del tiempo en uno de los mejores recuerdos de mi vida. Fue mi primer maratón, en una ciudad que me encanta y animado por un público volcado con todos y cada uno de los que allí sufríamos la dureza de las calles de su ciudad. Por eso hoy escribo esta entrada, para rendirle un pequeño homenaje a ese día tan importante en mi vida.
Además aprovechando una serie de circunstancias que se han juntado, voy a tener la oportunidad de volver a Nueva York en breve. En concreto dentro de 3 semanas. Y además se da la circunstancia de que el día 30 de Noviembre, durante mi visita, hay una carrera de 15 kilómetros en el Bronx que por supuesto voy a correr. No será igual que entonces, pero me ilusiona mucho la idea de volver allí y disputar una carrera de nuevo en la ciudad que me bautizó como corredor de fondo y maratoniano.
Todo esto pasó hace ya 2 años tal y como lo cuento. Todo esto pasó el 5 de Noviembre de 2006. Todo ese sufrimiento de los últimos kilómetros en Central Park se ha convertido con el paso del tiempo en uno de los mejores recuerdos de mi vida. Fue mi primer maratón, en una ciudad que me encanta y animado por un público volcado con todos y cada uno de los que allí sufríamos la dureza de las calles de su ciudad. Por eso hoy escribo esta entrada, para rendirle un pequeño homenaje a ese día tan importante en mi vida.
Además aprovechando una serie de circunstancias que se han juntado, voy a tener la oportunidad de volver a Nueva York en breve. En concreto dentro de 3 semanas. Y además se da la circunstancia de que el día 30 de Noviembre, durante mi visita, hay una carrera de 15 kilómetros en el Bronx que por supuesto voy a correr. No será igual que entonces, pero me ilusiona mucho la idea de volver allí y disputar una carrera de nuevo en la ciudad que me bautizó como corredor de fondo y maratoniano.
CarLitros al leerte quiero que sea ya Febrero para volver a correr el marathon. Tu primer 42 kms y en el lugar de ensueño de todo maratoniano, N.Y. Gracias por compartirlo con nosotros y envidia de la buena, por no poder correr esa carrera en ese distrito tan famoso de las calles neoyorquinas...
ResponderEliminarSaludos
JOooooooooooooooooooo...qué recuerdosssssssss!!!!!!!!!
ResponderEliminarpara mi fue el día de ayer! y no veas cuanto me acordé todo el puñetero día...a esta hora ya habíamos empezado...a esta hora ya íbamos por tal milla...y así...
es un maratón que llevas para siempre en la sangre...no sé...diferente a todos.
Qué envidia por dios que te vas para allá y encima a correr por el Bronx!!!!!!!!!!!!...joder...yo también quiero irmeeeeeeeeeeeee
Besitos.
Nueva York. Me enganchan tus entradas sobre ese maratón y esa ciudad por partida doble. Es mi viaje pendiente, ninguno espero con más ganas que el salto a Nueva York.
ResponderEliminarY yo, yo también quiero ir.
Hola, es la primera vez que te comento, me pasaré por aquí de ahora en adelante.
ResponderEliminarFelicidades por ese debut y encima en NY, el maratón de los maratones, haber si algún día puedo hacerlo.
Saludos.
Leer como vivistes esa experiencia me han entrado ganas de que llegue el Domingo, para ponerme el dorsal e intentar dar lo mejor de mi.
ResponderEliminarY espero que algun dia y no tan lejano, yo pueda contar como me fue en la Maraton de New York ....
Joder..me has puesto la piel de gallina...
ResponderEliminarGenial descripción de lo que sólo el que lo vive lo puede explicar.
Muy agarrotado no debías ir porque la marca me parece un pasote...
Vaya tela tienes Carlos, me has dado envidia sana, hacer tu primera maratón en la gran ciudad mundial y en la más prestigiosa maratón con un gran tiempo, y ahora dentro de tres semanitas vuelves para correr otra carrera allí, seguiré atentamente tus aventuras, un saludo y espero que lo pases genial
ResponderEliminarSin palabras. El día que lo pase por esa meta voy a llorar como un niño. Si me muero antes de hacerlo que alguien me resucite. Un abrazo.
ResponderEliminar¿Has visto este vídeo?
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=MnxknAnBVk0
que pasada! que envidia! y que miedo tengo para Barcelona....
ResponderEliminarPaco, más experiencia que tú tienen pocos en esto de las maratones, y aún tienes la ilusión como si fuera la primera. En Sevilla vas a volver por tus fueros.
ResponderEliminarSyl, nos pasará lo mismo año tras año, es una carrera taaaan especial.
kal, siempre habrá entradas de Nueva York, fue una experiencia brutal y una ciudad que me encanta y que intentaré visitar cuantas veces pueda. Y a ese maratón pienso volver... En cuanto al vídeo lo había visto alguna vez, está bien, pero es mejor correrla, jaja.
Francisco, bienvenido al blog. Te animo a que un día intentes hacerlo, es una auténtica pasada.
Schuster, seguro que haces un carrerón este domingo. Buena idea la de ir a correr el Maratón de Nueva York.
Rafa, creeme que iba agarrotado a pesar de la marca que hice. No sufrí tanto como he sufrido en otras, pero llegué muerto a la meta.
Juanito, intentaré pasarlo bien por allí. Además la carrera por lo que he leído de ella es en un parque bastante chulo (y bastante grande también)
Grimo, ya sé que es tu sueño. Dalo todo para hacerlo realidad, no te arrepentirás.
Paco, más que miedo debes tenerle respeto, si la preparas bien seguro que superas con éxito tu primer maratón. Además mucho más preparado de lo que fui yo en su día, jeje.
Saludos
Carlitros, emocionante ese final que nos has narrado y que nos pone el vello de punta pensando en que uno es capaz de rendirse cuando la meta está a la vista. Comprendo perfectamente ese subidón que te da el verte ante la pantalla gigante y que salgan fuerzas desde lo más profundo del interior. Participar en ese evento ya es un triunfo y hacerlo en dicho tiempo una batalla ganada. Enhorabuena y disfruta de ese recuerdo.
ResponderEliminarTiene que ser sensacional, el cruzar esa linea de meta, esa explosión, ese antes y ese después,ese ambiente, esa ciudad, ... de verdad que sólo imaginarlo es muy emotivo, y emocionante. Felicidades, por aquel estreno.
ResponderEliminarSaludos, ahh y si ves en San Javier al dorsal 482 no dudes en saludarle pues estará encantado de conocerte, campeón.
Gregorio, muchas gracias. Creo que es una de las mejores experiencias de mi vida. Poco más puedo decir.
ResponderEliminarPedro, 482, lo tendré en cuenta. De todos modos como no te conozco y es posible que tú hayas visto alguna foto mía, si me ves salúdame. Nueva York... sí que fue sensacional, espero repetirlo de hecho.
Carlitos, esos recuerdos ya no nos los quita nadie. Creo que para muchos de nosotros esa cita es una de las pendientes. Yo la tengo para el 2010, recien cimplidos los 40. Ya veremos si nos lo podemos permitir, ya que los precios son prohibitivos. Gracias por esos recuerdos.
ResponderEliminarUn saludo.
Joo!! que guay!! ¡Yo también quiero ir!
ResponderEliminarEspero que disfrutes mucho en esa carrera. ¿Por el bronx? ¿No es uno de lo barrios chungos de NY?
Cuidadín, cuidadín
Que te diviertas un montón.
Besets.
Buenos días!!!
ResponderEliminarPreciosa crónica de ese sufrido final que tan buenos recuerdos ahora te trae!! A ver si un día me animo a correr una maratón, aunque sea un poquito más cerquita, quizás Sevilla, Valencia o Barcelona...
Y además con gran marca en un maratón que creo que tampoco es que sea idóneo para eso.
Saludos!!!
PD. que ni me he presentado jejeje Soy javi de Alcoi (Alicante) y vengo desde el blog de David.
Buen finde
La verdad es que es un lujazo debutar en Nueva York,como maratoniano,tengo dos asignaturas pendientes,debutar en una maraton y correr en Nueva York,este año no será y el que viene tampoco,veremos que nos trae el 2010.
ResponderEliminarFelicidades desde la distancia en el tiempo por ese debut tan bueno,con muy buena marca y veo que tras dos años por aqui seguimos lo cual es tambien muy bueno.
La primera maraton dicen que no se olvida,en tu caso se confirma y encima en Nueva York,no puedes pedir mas....
Un abrazo.
Por cierto,leyendote resulta curioso ver como lo que aparentemente es facil realizar,una milla,se convierte en una eternidad tras casi un maraton,muy buena descripcion de esas sensaciones finales.
ResponderEliminarMucha suerte en ese regreso a Nueva York y tambien mucha envidia de la buena.
Un abrazo.
382 kms en 1 mes y 31 dias de 28,para quitarse el sombrero,95 por semana,como para no estar cansado.Tan solo la mitad de lo que hace un profesional.Una barbaridad.
ResponderEliminarMe quedo sobre todo con la emoción que supuso verte a tí mismo en aquella pantalla y con el peso de la medalla, tu medalla, ganada con tanto esfuerzo. Esta entrada es vitamina en vena. Gracias, Carlitros.
ResponderEliminarComo dice Sylvie que envidia,yo fui en 2003,también sufrí mucho y se me hizo eterna,es y siempre sera una maratón especial,tiene un no se que,que cero que no tiene ninguna,yo desde luego no me muero sin volver,me alegro mucho por ti,un saludo.
ResponderEliminarQue fuerte, la experiencia... Además que es que esa forma de contarlo, sin adornos ni tapujos, hace ver la realidad de toda esa mezcla de sensaciones que tuviste.
ResponderEliminarComo se suele decir, ¿vaya un día, no?
Joan, espero que en tu 40 cumpleaños te puedas regalar esa experiencia. Es un maratón en muchos aspectos inigualable.
ResponderEliminarRakala, sí que es uno de los barrios chungos, aunque espero que no me pase nada, jeje.
Que joputa el tío! ;) con cariño.
ResponderEliminarTe tira NY heh!? jeje....joder! de buena mano me iba contigo y mandaba al cuerno lo que tengo ese mismo día.
Hoy,o ayer,hice la Media de CS,ná 1:24.30...ya ves!..peor que en Cehegín...anda que voy sobrao sabes?
Javi, encantado de que te pases por aquí. Yo sólo puedo animarte a que hagas algún maratón. Es una gran experiencia, al menos yo así lo pienso, y si es Nueva York pues ya ni te cuento.
ResponderEliminarMaratonman, la primera maratón, como bien dices, nunca se olvida. Pero sí, la última milla se convierte en una distancia mucho más larga cuando llevas más de 40 kilómetros en las piernas.
Fran, esa medalla es uno de los tesoros más preciados que tengo. Me alegro que esta entrada sea "vitamina" en vena.
David, tendremos que ir entonces en tropa a Nueva York, porque todos los que hemos estado queremos repetir y los que no han estado quieren ir, jeje. Además creo que es la única distancia en la que tengo una marca personal mejor que la tuya, jaja, aunque sea por una cuestión de que has hecho sólo esa.
María, qué más puedo decir. La experiencia fue la hostia. ¿El día?, pues no se me va a olvidar nunca.
Adrián, ese día estarás corriendo en Donosti. Estaré pendiente desde allí de ti.
Saludos